Luz verde a la revisión del Reglamento de la Red Transeuropea de Transporte
La Presidencia del Consejo y los negociadores del Parlamento Europeo han alcanzado un acuerdo provisional sobre un Reglamento revisado relativo a las orientaciones de la UE para el desarrollo de la red transeuropea de transporte (RTE-T). La nueva legislación pretende construir una red de transporte fiable, sin fisuras y de alta calidad que garantice una conectividad sostenible en toda Europa sin interrupciones físicas, cuellos de botella ni enlaces perdidos.
Este acuerdo es un hito para una conectividad mejor y sostenible en Europa. Las orientaciones sobre la red RTE-T son un instrumento clave de la política de transportes de la UE que contribuirá en gran medida a reforzar la cohesión de la UE y a estimular el crecimiento y el empleo.
Óscar Puente, Ministro español de Transportes y Movilidad Sostenible
Esta red contribuirá a la consecución de los objetivos de movilidad sostenible de la UE, al buen funcionamiento del mercado interior y a la cohesión económica, social y territorial de la UE. La red se desarrollará o modernizará paso a paso con el nuevo reglamento que establece plazos claros para la finalización de la red RTE-T de 3 capas: la red básica deberá estar terminada para 2030, la red básica ampliada de nueva incorporación para 2040 y la red global para 2050.
Principales elementos del acuerdo provisional
El acuerdo provisional mantiene la ambición general de desarrollar una infraestructura de transporte coherente, conectada y de alta calidad en toda la UE, al tiempo que tiene en cuenta los distintos puntos de partida de los Estados miembros, así como sus prioridades y planteamientos hacia un transporte más ecológico. Los Estados miembros decidirán cómo dar prioridad a los proyectos de interés común en consonancia con unos requisitos técnicos y prioritarios realistas que tengan como objetivo una infraestructura unificada, de alto rendimiento y plenamente interoperable que contribuya a la descarbonización del sector del transporte y a su multimodalidad. Estos requisitos, establecidos por el nuevo Reglamento, son proporcionales a los beneficios esperados, a las funcionalidades y a las inversiones requeridas por los Estados miembros. El acuerdo provisional también tiene en cuenta los recursos financieros disponibles de los Estados miembros, así como las necesidades de inversión para el desarrollo de infraestructuras, que podrían ser bastante considerables, en particular en la red global de la RTE-T.
Plazos para la realización de la red
Se mantiene el planteamiento a tres niveles de la propuesta de la Comisión, según el cual la red RTE-T se desarrollará o modernizará en tres fases: hasta 2030 para la red principal, hasta 2040 para la red principal ampliada y hasta 2050 para la red global. El nuevo plazo intermedio de 2040 se introdujo para adelantar la finalización de proyectos a gran escala, principalmente transfronterizos, como las conexiones ferroviarias que faltan, antes del plazo de 2050 que se aplica a la red global más amplia. Por ejemplo, las nuevas conexiones ferroviarias de alta velocidad entre Oporto y Vigo, y Budapest y Bucarest, deben estar terminadas para 2040. Para garantizar que la planificación de las infraestructuras responda a las necesidades operativas reales e integrando el ferrocarril, la carretera y las vías navegables, el nuevo Reglamento crea también nueve «corredores europeos de transporte», que revisten la máxima importancia estratégica para el desarrollo de flujos de transporte de mercancías y pasajeros sostenibles y multimodales en Europa.
Infraestructuras de transporte ferroviario
Los colegisladores reconocieron la importancia del ferrocarril en el cambio hacia modos de transporte sostenibles y acordaron nuevos requisitos que podrían contribuir en general al cambio modal y a un mejor rendimiento de la futura red ferroviaria RTE-T. Los colegisladores acordaron disposiciones sobre el despliegue del sistema europeo de gestión del tráfico ferroviario (ERTMS) en la red principal ampliada y en la red global, la migración al ancho de vía nominal estándar europeo, el aumento del número de trenes de mercancías de 740 metros de longitud y la velocidad mínima de línea de 160 km/h para los trenes de pasajeros, con vistas a garantizar una capacidad suficiente y unas operaciones de transporte ferroviario fluidas y sin interrupciones en toda la red RTE-T. Además, el acuerdo provisional prevé la inclusión de requisitos operativos para los corredores ferroviarios de mercancías en los artículos del reglamento revisado de la RTE-T, ya que se consideran inseparables de los requisitos de infraestructura. En conjunto, el acuerdo de compromiso garantiza unas conexiones mejores y más rápidas para pasajeros y mercancías por ferrocarril, así como una mejor integración de puertos, aeropuertos y terminales multimodales de mercancías en la red RTE-T.
Transporte por carretera
El acuerdo provisional confirmó la necesidad de que los Estados miembros dispongan de la flexibilidad necesaria para abordar la seguridad vial de forma adecuada a las condiciones locales, en lugar de aplicar un conjunto de normas viales de talla única. Todas las carreteras de la red principal y de la red principal ampliada se diseñarán, construirán o acondicionarán especialmente para el tráfico motorizado, proporcionando vías de circulación separadas para los dos sentidos de circulación, separadas entre sí por una franja divisoria no destinada al tráfico o, excepcionalmente, por otros medios. Además, los colegisladores han acordado el despliegue de zonas de estacionamiento seguras y vigiladas en la red básica y en la red básica ampliada para garantizar mejores condiciones de trabajo y descanso a los conductores profesionales. Estas zonas se instalarán a una distancia media máxima de 150 km en la red principal y en la red principal ampliada.
Nodos urbanos
Los colegisladores abrazaron la idea de reforzar la capa urbana de la política de la RTE-T. Por ello, se acordó que para 2027 debería establecerse para cada nodo urbano un plan de movilidad urbana sostenible (PMUS), que es un plan integrado a largo plazo y global de movilidad de mercancías y pasajeros para toda el área urbana funcional. El plan podría incluir objetivos, metas e indicadores que sustenten el rendimiento actual y futuro del sistema de transporte urbano. Las 424 principales ciudades a lo largo de la red RTE-T deben desarrollar PMUS para promover la movilidad con cero emisiones y aumentar y mejorar el transporte público y las infraestructuras para peatones y ciclistas. Además, los colegisladores mantuvieron la obligación de contar con al menos una terminal multimodal de mercancías por nodo urbano para el 31 de diciembre de 2040, siempre que sea económicamente viable.
Infraestructuras de transporte aéreo
Con vistas a aumentar el uso de modos de transporte sostenibles y reducir el número de vuelos nacionales, el nuevo Reglamento apoya firmemente el objetivo de mejorar la conectividad de los aeropuertos con los servicios de transporte ferroviario. Así, los aeropuertos de las principales ciudades europeas con un tráfico total anual de pasajeros superior a 12 millones estarán conectados a la red ferroviaria transeuropea, incluida la red ferroviaria de alta velocidad cuando sea posible, permitiendo servicios de larga distancia antes del 31 de diciembre de 2040.
Gobernanza y salvaguardia financiera
Encargados por la Comisión de coordinar las decisiones y acciones de los Estados miembros y otras partes interesadas, los Coordinadores Europeos seguirán guiando la implantación de los corredores y prioridades horizontales de la RTE-T e implicarán a un amplio número de partes interesadas a lo largo de la realización de la red RTE-T. El acuerdo provisional respalda su papel de «facilitadores» en todo el proceso para garantizar la planificación oportuna de las inversiones y la aplicación de las medidas necesarias para la consecución de los objetivos del reglamento de la RTE-T. Sin embargo, teniendo en cuenta los enormes compromisos financieros necesarios para aplicar las medidas identificadas por el nuevo reglamento para el ulterior desarrollo de la red RTE-T, se introdujo una salvaguardia financiera como garantía para los Estados miembros. Por último, se acordó un marco revisado para la aplicación del nuevo Reglamento, principalmente mediante la racionalización de los instrumentos actuales de información y seguimiento de la aplicación de la RTE-T.
Adaptación de los planes nacionales a la política de la UE
Reconociendo la importancia de la coherencia de los planes nacionales con los compromisos adquiridos a nivel de la UE para establecer la red RTE-T de forma coordinada y oportuna, el acuerdo transaccional prevé la alineación de los planes nacionales con la política de transportes de la UE. Para ello, los Estados miembros deben garantizar la coherencia de sus planes nacionales de transporte e inversión con las prioridades del nuevo Reglamento. Los Estados miembros deberán tener en cuenta, entre otras cosas, las prioridades establecidas en los planes de trabajo de los Coordinadores Europeos encargados de garantizar la supervisión de los nueve Corredores Europeos de Transporte. Los Estados miembros también facilitarán a la Comisión los planes o programas nacionales pertinentes una vez adoptados.
Conectividad con los principales países vecinos
En respuesta al impacto de la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania y para garantizar una mejor conectividad con los principales países vecinos, el nuevo Reglamento amplía cuatro corredores europeos de transporte de la red RTE-T a Ucrania y Moldavia, al tiempo que rebaja las conexiones transfronterizas con Rusia y Bielorrusia.
Próximos pasos
Tras el acuerdo provisional, los trabajos sobre el Reglamento revisado continuarán a nivel técnico. Una vez concluidos estos trabajos, la Presidencia tiene la intención de transmitir el texto a los representantes de los Estados miembros (Coreper) para su aprobación.
A continuación, el acto legislativo deberá someterse a una meticulosa revisión jurídico-lingüística antes de ser adoptado formalmente por los colegisladores y entrar en vigor.