Así viven los trabajadores en una empresa con una jornada laboral de cuatro días: “Los lunes ya no dan pereza”
La semana reducida y el horario flexible han mejorado la motivación y productividad de los empleados de una compañía gallega de formación tecnológica
Hack a Boss es una empresa de formación en el ámbito tecnológico que tiene un horario flexible y una semana laboral de cuatro días. Tienen una oficina en La Coruña y dentro de poco abrirán otra en Madrid, aunque la mayor parte de la plantilla trabaja de forma asíncrona y en remoto. Cuatro empleados —Lola, Elena, Randy y Doa— participan en este reportaje para compartir su experiencia bajo este inusual modelo laboral. El relato de cada uno es personal y no coincide exactamente con el de los 60 empleados de la organización, ni es extrapolable a todos los compañeros que ejercen únicamente de lunes a jueves. Sin embargo, los cuatro coinciden en dos aspectos: los lunes ya no les da pereza empezar la semana y el estrés no desaparece por trabajar un día menos.
Varios gobiernos han experimentado con la semana laboral de cuatro días para evaluar su viabilidad. Entre 2015 y 2019, Islandia redujo la jornada de 40 a 35 horas semanales sin disminuir salarios a más de 2.500 trabajadores, obteniendo resultados positivos en productividad y bienestar laboral. Microsoft Japón reportó un incremento del 40% en productividad al adoptar este modelo. En 2022, un estudio en el Reino Unido con 73 empresas y 3.300 empleados reveló que casi la mitad experimentó mejoras en rendimiento, y el 86% de las compañías planea mantener el nuevo horario. Además, el Daily Telegraph reveló en agosto que el Partido Laborista británico está considerando una propuesta para permitir a los empleados solicitar una semana laboral comprimida de cuatro días, aunque manteniendo las 40 horas semanales, en oficios cuyas circunstancias lo permitan.
Esta medida cuenta con un amplio apoyo social en España, según reveló una encuesta realizada este enero por el instituto 40dB para EL PAÍS y la Cadena SER. Dos de cada tres encuestados valoraron positivamente la implementación de la semana de cuatro días, con un respaldo especial entre los jóvenes. El año pasado, el Gobierno español lanzó una convocatoria de ayudas dirigida a pequeñas y medianas empresas industriales interesadas en reducir la jornada laboral sin afectar a los salarios de sus empleados. Este proyecto, con un presupuesto total de 9,6 millones de euros, tenía como objetivo fomentar una mayor productividad y mejorar la conciliación laboral. Sin embargo, solo se utilizaron 2,83 millones de euros de los fondos disponibles (el 29% del total asignado), con la participación de 41 empresas en la convocatoria.
Hack a Boss no forma parte de este plan gubernamental. Según Lola Cuquejo, jefa de Recursos Humanos, la empresa adoptó el modelo de la semana laboral de cuatro días “porque creen en él”. Asimismo, la flexibilidad de horarios se fundamenta en “la confianza en la responsabilidad del trabajador” y en la ventaja que les otorga disponer de una mayor disponibilidad horaria para atender a clientes repartidos por todo el mundo. Hasta ahora, desde el punto de vista de la productividad, esta decisión ha resultado beneficiosa: el primer año de implementación de la semana laboral de cuatro días fue el de mayor crecimiento para la empresa.
Los lunes se reúnen los equipos para diseñar conjuntamente objetivos que puedan cumplirse en cuatro días. “Estos objetivos se definen basándose en experiencias previas, pero con el desafío de ir un poco más allá”, explica Cuquejo. Cada trabajador distribuye sus tareas a lo largo de la semana como prefiera. “Si no terminas el jueves, entonces tienes que trabajar el viernes o incluso el fin de semana. Sin embargo, esto casi nunca ocurre porque los objetivos los fijamos nosotros y están pensados para cuatro días. De hecho, casi todo el mundo se toma el viernes libre”, añade.
En España hay un gran problema de insatisfacción laboral: un 54% de los trabajadores reconoce sentirse desmotivado, según la Guía del Mercado Laboral 2022 de Hays España. Sin embargo, algo que se destaca al hablar con estos cuatro empleados es su fuerte compromiso tanto con su trabajo como con sus compañeros. Aunque esta pequeña muestra no representa la realidad de todos los empleados de la compañía, ni de otras con el mismo modelo laboral, insisten en que pertenecer a una empresa que confía en sus trabajadores para realizar el mismo trabajo en menos tiempo genera un sentimiento de responsabilidad y gratitud.
Elena Hernández, especialista en Selección de Perfiles IT, viene de una compañía con un enfoque muy distinto. “Era una empresa muy corporativa, donde tenía que fichar incluso para el descanso de cinco minutos; me pasaba el día pasando la tarjeta por un torno”, recuerda. Cuando decidió cambiar de trabajo, tenía claro que buscaría una empresa cuya cultura estuviera alineada con sus valores. Lo que más le atrajo de la tecnológica gallega fue la libertad para gestionar su tiempo sin una supervisión constante. “Se me valora por el trabajo que hago, no solo por estar sentada en una silla”, afirma. “No es que me haya convertido en una mejor trabajadora; simplemente, trabajo más a gusto. He aprendido a hacer las cosas de otra manera, y me ha enriquecido porque me siento una adulta trabajando”, concluye.
Al principio del reportaje se mencionaba que todos los entrevistados coincidían en que la semana laboral de cuatro días no reduce necesariamente el estrés. Para Cuquejo, “la capacidad de generar estrés es algo interno, no depende solo de la organización, sino de cómo cada uno gestiona sus emociones y tareas”. Hernández añade que esta modalidad también implica una mayor responsabilidad en la organización personal: “Al final, no solo es tu trabajo, también el de tus compañeros; aquí hay que ponerse las pilas y trabajar”.
Para Randy Ponte, líder de comunidad en Hack a Boss, uno de los principales incentivos para unirse a la empresa fue su sistema basado en objetivos. Aunque la exigencia es alta, afirma vivir con más tranquilidad y sentirse más motivado. “Más libertad genera compromiso”, comenta. Randy valora especialmente la flexibilidad horaria, que le permite realizar trámites administrativos o cumplir con obligaciones sin necesidad de pedir permiso explícito. “Los días que tengo clase de baile, simplemente entro a trabajar antes”, explica. Los viernes que tiene libres, casi todos excepto cuando hay actividades de team building, los aprovecha para realizar actividades al aire libre como caminar, andar en bici o salir al campo. Aunque le llegan ofertas laborales, asegura que no las considera porque “muchas son con el modelo tradicional”.
La semana laboral de cuatro días también tiene detractores y experimentos fallidos. La empresa australiana Yarno implementó este modelo, pero después de dos años decidió volver al esquema tradicional, según relatan en su página web. Aunque inicialmente observaron beneficios como mayor motivación y equilibrio entre trabajo y vida personal, surgieron problemas importantes. Entre ellos, la dificultad para mantener la consistencia en los equipos, ya que algunos empleados seguían trabajando los viernes mientras otros no, lo que generaba resentimiento y problemas de comunicación. Además, la presión de estar disponibles fuera de los días laborales causaba frustración y afectaba el ambiente laboral.
Un argumento frecuente en contra de la semana laboral de 4 días es que, en sectores como la atención al público o las actividades fabriles, la producción está directamente vinculada al número de horas trabajadas, lo que implica que reducir la jornada podría afectar negativamente al rendimiento. Además, la productividad en España es relativamente baja en comparación con otros países europeos. Según datos recientes, el rendimiento por hora trabajada en España es solo el 76 % de la media de la eurozona y alcanza apenas el 63 % del nivel de Alemania. Por este motivo, algunos consideran que reducir el tiempo de trabajo podría ser arriesgado para la economía.
Doa Rodríguez, especialista en diseño y parte del equipo de marketing, opina que el modelo de la semana laboral de cuatro días te hace, precisamente, más productivo. “Te sientes más descansado y concentrado en tus tareas. En la fórmula de cinco días hay más tiempo perdido”, asegura. Tras seis meses en Hack a Boss, compara su anterior horario de oficina de 9 a 6, que le dejaba sin tiempo para nada más, con el actual. Ahora puede dedicar su día libre a estar con seres queridos, estudiar y aprender. “La semana se pasa volando”, concluye.
Para ella, tanto la flexibilidad horaria como la semana laboral de cuatro días son cruciales, siendo esta última incluso más importante. “Desde pequeños, en la escuela, se nos enseña que se trabaja cinco días a la semana y un número fijo de horas, pero con este modelo en el que planificas tus tareas para cuatro días, no te sientes extraño teniendo el viernes libre, y aprovechando las mañanas para actividades como salir a pasear, o hacer lo que te apetezca sin tener cargo de conciencia”.
En la reunión anual del Foro Económico Mundial en Davos, en enero de 2023, Sander van ‘t Noordende, director ejecutivo de la consultora de recursos humanos Randstad, calificó la semana laboral de cuatro días como “un imperativo empresarial”. Tras presentar un informe que demostraba que esta modalidad mejora la salud de los trabajadores y reduce la contaminación, Van ‘t Noordende instó a los empleadores a cambiar su actitud hacia sus empleados: “A los clientes se les pregunta qué quieren y se intenta hacer el mejor trabajo posible para ellos. Se debe tratar al talento de la misma manera”.