La Comisión y los interlocutores sociales firman un Pacto conjunto para reforzar el diálogo social en Europa

Contexto y contenido del Pacto

La Comisión Europea y los interlocutores sociales intersectoriales han firmado un nuevo Pacto para el Diálogo Social Europeo, con el objetivo de fortalecer el papel de los agentes sociales en la configuración de las políticas sociales, de empleo y del mercado laboral en la UE. Este Pacto se fundamenta en la Declaración de Val Duchesse de 2024 y pretende responder a los desafíos de la transición digital y climática, así como a la evolución de los mercados laborales europeos.

Entre los compromisos asumidos por la Comisión Europea en el marco de este Pacto destacan:

  • Nombrar a un Enviado Europeo para el Diálogo Social, que canalizará las preocupaciones de los interlocutores sociales nacionales hacia las instituciones de la UE.
  • Elaborar, junto con los interlocutores sociales, una hoja de ruta sobre empleos de calidad para 2025.
  • Intercambiar con los interlocutores sociales las prioridades del Programa de Trabajo de la Comisión antes de su adopción.
  • Crear un mecanismo para recibir informes conjuntos sobre el diálogo social en la UE.
  • Ampliar el ámbito de consulta a los interlocutores sociales más allá de los artículos 153 y 154 del TFUE.

Por su parte, los interlocutores sociales interprofesionales europeos asumirán la tarea de diseñar programas de trabajo plurianuales y mejorar el diálogo social bipartito, incluyendo la negociación de acuerdos entre las partes.

Valoración sindical del Pacto

Desde una perspectiva sindical, este nuevo Pacto supone un paso positivo en la medida en que refuerza el compromiso de la Comisión con el diálogo social y reconoce su papel en la construcción de un modelo económico y social sostenible. La creación de un Enviado Europeo para el Diálogo Social es un elemento que puede contribuir a mejorar la articulación entre los interlocutores sociales nacionales y la UE, siempre que cuente con los recursos y el respaldo institucional adecuado.

Sin embargo, se deben señalar algunas limitaciones:

  • La hoja de ruta sobre empleos de calidad, aunque prometedora, no tiene aún garantía de aplicación efectiva, lo que exige un seguimiento exhaustivo por parte de los sindicatos.
  • El compromiso de la Comisión de intercambiar con los interlocutores sociales sus prioridades antes de adoptar el Programa de Trabajo no establece mecanismos claros de participación efectiva en la definición de esas prioridades.
  • Aunque se refuerza la posibilidad de que los interlocutores sociales presenten informes conjuntos sobre el diálogo social, la Comisión no se compromete explícitamente a traducir estos informes en medidas legislativas concretas.

El Pacto reafirma la importancia del diálogo social en la UE, pero para que sea efectivo debe ir acompañado de acciones concretas que refuercen la capacidad de los sindicatos para influir en las decisiones políticas y garantizar que la transición ecológica y digital no se haga a costa de los derechos laborales. En este sentido, la UGT debe seguir presionando para que los compromisos adquiridos se traduzcan en mejoras tangibles para los trabajadores y trabajadoras en toda Europa.

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