Informe de Eurofound «Calidad del empleo de las personas trabajadoras esenciales para la pandemia COVID-19»

La Fundación Europea para la Mejora de las Condiciones de Vida y de Trabajo (Eurofound), ha publicado el informe “Calidad del empleo de las personas trabajadoras esenciales para la pandemia COVID-19” que hoy os presentamos adaptado en formato adaptado.

Durante la pandemia de COVID-19, un conjunto diverso de personas trabajadoras garantizó el funcionamiento de nuestras sociedades. En tiempos de crisis, mantuvieron el acceso a la asistencia sanitaria, los cuidados de larga duración y otros bienes y servicios esenciales, como la alimentación, el agua, la electricidad, Internet y el tratamiento de residuos. Estas fueron las personas trabajadoras esenciales de la pandemia COVID-19, muchas de los cuales arriesgaron su salud física y mental al seguir yendo a trabajar durante la pandemia.

Este informe político investiga la calidad del trabajo de estas personas trabajadoras esenciales, haciendo uso de fuentes únicas de información, los datos recogidos por corresponsales y las entrevistas con representantes de los interlocutores sociales a escala de la UE de sectores seleccionados. Examina las experiencias laborales de estas personas trabajadoras durante la pandemia y pone de relieve los retos inminentes para la sostenibilidad de su trabajo y su objetivo es descubrir si están preparados para apoyar a la sociedad en futuras conmociones y crisis.

Entre las principales conclusiones del informe destacamos las siguientes:

  • Las personas trabajadoras sanitarias y asistenciales, las del sistema alimentario, las de la limpieza y la basura, las del transporte, las personas trabajadoras manuales y las de los servicios de protección son esenciales, cuya salud y bienestar estuvieron en riesgo durante la pandemia de COVID-19.
  • Ese riesgo continúa después de la pandemia debido a la mala calidad del empleo y a la menor sostenibilidad de las prácticas laborales que experimentan. Si esto no se aborda, exacerbará la escasez de mano de obra existente, lo que a su vez reducirá la capacidad de las sociedades para funcionar y beneficiarse de servicios de calidad en el futuro.  
  • Durante la pandemia de COVID-19, las medidas políticas de apoyo a las personas trabajadoras esenciales no abarcaron a todos ellos, excluyendo a los grupos menos visibles y que no estaban en primera línea. Es necesario reconocer y apoyar a las personas trabajadoras esenciales de todas las ocupaciones, especialmente en tiempos de crisis.
  • Las ocupaciones esenciales que actualmente sufren escasez de mano de obra, como los empleos en sanidad y asistencia, pueden hacerse más atractivas para las personas trabajadoras mejorando la calidad del empleo y adecuando su remuneración a su valor para la sociedad.
  • La capacidad de la UE para hacer frente a futuras crisis mientras navega por las transiciones demográfica, digital y ecológica dependerá en gran medida de las condiciones laborales de estas personas trabajadoras.
  • La escasez de personal o los puestos de trabajo poco atractivos son considerados retos clave por al menos una parte de la industria en cinco sectores críticos: hospitales y sanidad, educación, alimentación y bebidas, limpieza industrial y administración local y regional. Las difíciles condiciones laborales se mencionaron como una de las principales causas de estos retos.
  • Muchos grupos de personas trabajadoras esenciales trabajan en ocupaciones y sectores muy desequilibrados en términos de género. La mejora de la calidad del empleo y el desarrollo de prácticas laborales sostenibles son fundamentales para apoyar la creación de una mano de obra más diversa y ampliar la reserva de personas trabajadoras potenciales.

La crisis del coronavirus puso de manifiesto la cantidad de empleos importantes que están infravalorados y mal remunerados. Si bien las actitudes están cambiando, esto no sirve de consuelo para los millones de personas que, a pesar de trabajar en condiciones peligrosas, siguen viviendo en la pobreza y teniendo serios problemas para hacer frente a sus facturas de electricidad, vivienda y alimentación.

Personas cuidadoras, limpiadoras y trabajadoras de comercios, así como personal sanitario, se cuentan entre las heroínas de la crisis del COVID-19, pero también están muy representados entre los 22 millones de personas que viven en riesgo de pobreza en toda la UE debido a que los salarios mínimos legales son demasiado bajos en la mayoría de los Estados miembros.

En este sentido, la entrada en vigor, a finales de 2022, de la Directiva sobre la adecuación de los salarios mínimos supuso una mejora considerable en las condiciones de vida y de trabajo dignas, la reducción de desigualdades salariales y el refuerzo de la negociación colectiva en la fijación salarial en los Estados miembros, como nuestro sindicato siempre ha defendido.

Sin embargo, las personas trabajadoras siguen perdiendo poder adquisitivo en Europa y, por consiguiente, resulta fundamental seguir avanzando hacia una situación económica más justa, especialmente en relación con las personas más vulnerables.

Además, la mayoría de las personas trabajadoras esenciales, como cuidadoras, limpiadoras y cajeras son mujeres. Por ello, es preciso evaluar adecuadamente el valor de su trabajo y reflejar su verdadero valor en sus nóminas, así como poner en marcha medidas que garanticen la igualdad salarial por un trabajo de igual valor.

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