Elecciones europeas: la información pública, pluralista e independiente, clave para luchar contra las nuevas amenazas a la democracia

A solo un mes de las elecciones europeas, el Comité Económico y Social Europeo (CESE) advierte a las autoridades europeas de la urgente necesidad de luchar contra la desinformación para salvaguardar la democracia. El periodismo independiente y de calidad en un sistema pluralista próspero sigue siendo el primer baluarte contra las campañas maliciosas y las noticias falsas.

La Unión Europea necesita un plan de acción para luchar contra la desinformación. Las instituciones de la UE y todos los Estados miembros deben unir fuerzas para emprender una estrategia multifactorial: en primer lugar, deben intensificarse todas las medidas existentes para luchar contra la desinformación y, en segundo lugar, debe impedirse el uso de plataformas digitales por parte de identidades falsas organizadas.

Según Carlos Manuel Trindade , ponente del dictamen sobre  la protección de la democracia contra la desinformación , aprobado en el Pleno de abril, «la sociedad democrática y nuestro modo de vida cosmopolita están siendo cuestionados». La extrema derecha y otras fuerzas extremistas europeas y regímenes autocráticos en terceros países están forjando alianzas para llevar a cabo campañas de desinformación que están socavando la empresa europea, y están utilizando las redes sociales y algoritmos para hacerlo. Están utilizando la tecnología como su principal herramienta para esta campaña maliciosa”.

La inteligencia artificial se utiliza cada vez más para crear desinformación

El CESE está preocupado por el alcance y la difusión de las campañas de desinformación en toda la Unión Europea antes de las elecciones de 2024, y pide a las instituciones europeas una reflexión urgente: la UE debe identificar los factores que aún permiten que la desinformación y la desinformación pongan en peligro la libertad de expresión pública e instaurar un debate polarizado en el que el odio prevalezca sobre la información fáctica.

El auge de la inteligencia artificial (IA) ha llevado al desarrollo de nuevas formas de desinformación y desinformación que utilizan algoritmos para engañar o cambiar el significado original de algo.

El uso de las redes sociales y las plataformas digitales también puede generar adicción entre los grupos vulnerables de nuestras sociedades.

Por tanto, es importante evaluar estos riesgos y regular el uso comercial de la IA y los algoritmos para que las personas puedan decidir libremente si aceptan o rechazan determinadas características algorítmicas.

En palabras de John Comer , también ponente del dictamen del CESE, «la forma más evidente en que la desinformación distorsiona y socava el debate democrático es convenciendo a la gente de que crea en cosas que no son ciertas». La desinformación y la desinformación no son fenómenos nuevos, pero las redes sociales han revolucionado su difusión. Los deepfakes utilizan la IA para manipular y generar contenido visual y de audio con el potencial de engañar deliberadamente a millones de personas mediante la difusión de noticias falsas.’

El periodismo debe ser clasificado como un bien público europeo

La primera defensa contra la desinformación es el periodismo de calidad y el pluralismo. Las instituciones de la UE y los Estados miembros deben adoptar medidas comunes para garantizarlo, aprovechando todos los medios tecnológicos existentes para luchar contra la desinformación.

En primer lugar, deben adoptar una estrategia de amplio alcance que aborde los diversos peligros que enfrentamos: en línea, desinformación, amenazas híbridas y ciberseguridad.

La estrategia debe implementarse respetando plenamente nuestros valores democráticos fundamentales, como la libertad de expresión, el estado de derecho y los derechos fundamentales de las personas, y debe lograr el equilibrio adecuado con respecto a los derechos de propiedad intelectual de las empresas. Los intereses privados no pueden anular el interés público y es inaceptable que las empresas tecnológicas conviertan la manipulación y el discurso de odio en ganancias.

Varios estudios revelan que Europa tiene un problema de pluralismo en los medios de comunicación. La libertad editorial de los periodistas es esencial, al igual que su seguridad y su acceso a las fuentes de información. Para garantizar el pluralismo,  se deben proteger los derechos de los medios independientes.

Por eso el CESE pide a la Comisión Europea que garantice que la información esté disponible, independientemente de la crisis de modelo de negocio que está afectando a nuestros medios de comunicación. Para garantizar que el pluralismo no dependa de estrictas reglas del mercado, el periodismo debe clasificarse como un bien público europeo, como sugiere la UNESCO.

En lo que respecta a la financiación de los medios de comunicación, el CESE pide un sistema de medios de comunicación de servicio público independiente y con una financiación adecuada. Los medios de comunicación de servicio público son esenciales y deben estar financiados con fondos públicos y ser independientes del gobierno de turno.

A este respecto, el Comité recomienda la creación de un canal público europeo de noticias, disponible en diferentes plataformas, en todos los idiomas nacionales y con un compromiso editorial independiente.

Esto permitiría a los europeos acceder a la información que necesitan para tomar decisiones informadas.

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