Rendimiento energético de los edificios: neutralidad climática para 2050

El jueves se aprobó un proyecto de medidas para aumentar el ritmo de las renovaciones y reducir el consumo de energía y las emisiones de gases de efecto invernadero.


La Comisión de Industria, Investigación y Energía adoptó su posición sobre la propuesta de revisión de la Directiva de Eficiencia Energética de los Edificios (DEEE) por 49 votos a favor, 18 en contra y 6 abstenciones.

Sus principales objetivos son reducir sustancialmente las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y el consumo de energía en el sector de la construcción de la UE para 2030, y convertirlo en neutro para el clima en 2050. También pretende aumentar el ritmo de renovación de los edificios ineficientes desde el punto de vista energético y mejorar la información sobre el rendimiento energético.

Objetivos de reducción de emisiones

Según el texto adoptado, todos los edificios nuevos deberán ser de emisiones cero a partir de 2028, mientras que los edificios nuevos ocupados, explotados o propiedad de autoridades públicas lo serán a partir de 2026 (la Comisión proponía 2030 y 2027, respectivamente). Todos los edificios nuevos deberán estar equipados con tecnologías solares antes de 2028, siempre que sean técnicamente adecuados y económicamente viables, mientras que los edificios residenciales que sean objeto de reformas importantes tendrán de plazo hasta 2032.

Los edificios residenciales tendrían que alcanzar al menos la clase de eficiencia energética E en 2030, y la D en 2033. Los edificios no residenciales y públicos tendrían que alcanzar las mismas clases en 2027 y 2030 respectivamente (F y E propuestas por la Comisión).

Medidas nacionales y excepciones

Todas las medidas necesarias para alcanzar estos objetivos serían establecidas por cada Estado miembro en los planes nacionales de renovación. Para tener en cuenta la diversidad del parque inmobiliario de los países de la UE, la letra G debería corresponder al 15% de los edificios con peores resultados del parque nacional.

Los monumentos quedarían excluidos de las nuevas normas, mientras que los países de la UE pueden decidir excluir también los edificios protegidos por su especial mérito arquitectónico o histórico, los edificios técnicos, los edificios de uso temporal o las iglesias y lugares de culto. Los Estados miembros también podrían eximir a las viviendas sociales públicas, en las que las renovaciones supondrían un aumento del alquiler que no podría compensarse con un ahorro en la factura energética.

Los diputados también quieren permitir a los Estados miembros ajustar los nuevos objetivos en una parte limitada de los edificios cubiertos por los requisitos en función de la viabilidad económica y técnica de las renovaciones y de la disponibilidad de mano de obra cualificada.

Medidas de apoyo contra la pobreza energética

Los planes nacionales de renovación deben incluir planes de apoyo con objetivos realistas y medidas para facilitar el acceso a subvenciones y financiación. Los Estados miembros deben establecer puntos de información gratuitos y planes de renovación de coste neutro. Las medidas financieras deberían proporcionar una prima importante para las renovaciones profundas, especialmente de los edificios con peores resultados, y deberían ponerse a disposición de los hogares vulnerables subvenciones y ayudas específicas.

Prohibición de las calefacciones de combustibles fósiles para 2035

Los países de la UE deben garantizar que no se autorice el uso de combustibles fósiles en los sistemas de calefacción, tanto en los edificios nuevos como en los que sean objeto de reformas importantes, renovaciones profundas o renovaciones del sistema de calefacción, a partir de la fecha de transposición de la presente Directiva. Deberían eliminarse totalmente para 2035, a menos que la Comisión Europea permita su uso hasta 2040, dicen los eurodiputados.

Próximos pasos

El proyecto legislativo será sometido a votación por el pleno de la Cámara durante la sesión plenaria del 13 al 16 de marzo y se convertirá en la posición negociadora del Parlamento. A continuación, los eurodiputados entablarán negociaciones con el Consejo para acordar la forma definitiva del proyecto de ley.

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