Los sindicatos europeos rechazan la «Brújula de la Competitividad» de Bruselas

La Confederación Europea de Sindicatos afirma que la «Brújula de la Competitividad» sólo tiene propuestas para las empresas, pero no para los ciudadanos de a pie.


La Confederación Europea de Sindicatos (CES) ha expresado su enérgico rechazo a la «Brújula de la Competitividad» presentada el miércoles por Bruselas, alegando que se trata de una hoja de ruta pensada sólo para las empresas, pero no para los trabajadores europeos, que podrían perder muchos derechos si sale adelante.  

La organización sindical paneuropea asegura que la Brújula de la Competitividad, publicada el miércoles, hace «innumerables promesas» a la patronal europea pero no incluye «el compromiso de adoptar una sola medida legislativa» que beneficie a los ciudadanos de a pie.

«Desgraciadamente, en ese plan el empleo de calidad queda relegado a un segundo plano frente a la desregulación», asegura la Secretaria General del CES, Esther Lynch, cuya organización representa a 45 millones de trabajadores europeos.

«Aunque es positivo dar un primer paso hacia una política industrial europea, este primer borrador necesita una negociación y una revisión significativas», añadió Lynch.

En ese sentido, Lynch señaló que la petición de la Comisión para activar un «28º régimen» especial, que daría a las empresas europeas que operan en distintos Estados miembros acceso a un marco regulador unificado, corre el riesgo de socavar los derechos laborales y las condiciones de trabajo.

Por otra parte, criticó la idea también incluida en la «Brújula» de reformar las pensiones, así como el proyecto para poner en marcha «iniciativas que promuevan la prolongación de la vida laboral».

«Una panoplia de normativas que haga que los lugares de trabajo sean menos seguros o que obliguen a la gente a trabajar hasta los setenta años no va a salvar a las empresas», añadió Lynch.

La valoración de la CES sobre la «Brújula» de Bruselas, uno de los buques insignia» de la segunda Comisión de Ursula von der Leyen, contrasta claramente con la opinión de las  asociaciones empresariales.

«Llevar un barco a su destino requiere rumbos claros, y la Brújula de la Competitividad (…)  proporciona esas coordenadas», comentó el miércoles (29 de enero) Markus Beyrer, Director General de BusinessEurope, un influyente grupo de presión con sede en Bruselas.

En ese sentido, Beyrer señaló que la Comisión debería «dar prioridad» a la reducción de la carga regulatoria de las empresas «para cumplir la promesa de facilitar la actividad empresarial en Europa».

Añadió que es preciso además «abordar urgentemente» la escasez de mano de obra y de cualificaciones en Europa.

Por su parte, la Mesa Redonda Europea de la Industria (ERT), otro grupo empresarial con sede en Bruselas, elogió la promesa de la Comisión de «reducir los costes administrativos» para todas las empresas de la UE.

Las reacciones divergentes de sindicatos y empresas al nuevo documento de Bruselas reflejan en gran medida sus opiniones sobre dos informes de referencia presentados el año pasado por los ex primeros ministros italianos Enrico Letta y Mario Draghi.

Ambos documentos hacen especial hincapié en la necesidad de reducir las cargas normativas para las empresas, y su contenido ha inspirado en buena medida la redacción de la «Brújula» de la Comisión.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, reiteró el miércoles el compromiso contenido en el documento de emprender «un esfuerzo de simplificación (normativo) sin precedentes» en los próximos cinco años.

La alemana añadió que esos esfuerzos comenzarán con la publicación del esperado «paquete ómnibus» en febrero, que supondrá «otro gran paso» hacia el objetivo de la UE de reducir en un 25% los requisitos de información para las empresas, entre otros objetivos.


Fuente: https://euractiv.es/section/economy-jobs/news/unions-reject-eu-competitiveness-plan/

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