¿Cómo ha cambiado el sueldo de las y los trabajadores europeos desde la crisis de 2008?

Los países del sur han sufrido un estancamiento salarial en los últimos 15 años, mientras que en el este registran una gran mejoría


Se suele decir que la Unión Europea avanza a dos velocidades distintas. En el plano político, la expresión abre la puerta a que los Estados miembros decidan a qué ritmo quieren adoptar las políticas comunitarias y avanzar en la integración del bloque, como sucede con las zonas Euro o Schengen. Es en esencia una solución al estancamiento de la toma de decisiones del grupo, que requiere de unanimidad para sus asuntos más importantes. Pero es en el sentido económico, como en la evolución del salario de los trabajadores, donde la falta de sincronía es más evidente.

Tras la debacle económica de 2008, el eje franco-alemán y en general la conocida como banana azul europea —una franja altamente industrializada que abarca desde el sur de Inglaterra hasta el norte de Italia— han puesto tierra de por medio con los países del sur. Así, mientras Francia o Alemania apenas experimentaron un parón económico de tres años, España no recuperó su PIB precrisis hasta 2017.

Esa Europa de las dos velocidades tiene además un impacto directo en el poder adquisitivo de los trabajadores europeos, tal y como muestran los datos de la evolución real del sueldo medio —esto es, teniendo en cuenta el efecto de la inflación— tras la crisis recopilados por la OCDE. Al mismo tiempo que el este de Europa ha crecido a un ritmo de dos dígitos entre 2008 y 2023 y ha recortado distancias con el centro, el sur se ha estancado o incluso ha decrecido, como ocurre en los casos de Italia y Grecia.

En este último país, el retroceso de los salarios ha sido del 23%, un empobrecimiento que enlaza directamente con la erosión de los derechos laborales y los recortes aplicados durante la crisis de deuda soberana de la nación helena. Entre ellos, por ejemplo, la supresión casi por completo de la negociación y los convenios colectivos, lo que produjo una reducción de salarios casi inmediata.

A diferencia de Italia y Grecia, España y Portugal sí han conseguido aumentar el poder adquisitivo del sueldo sus trabajadores desde 2008, aunque por debajo de la media del resto de europeos. En su caso, ha sido el reducido impacto de la pandemia y la posterior crisis energética e inflacionista —gracias a la adopción de políticas expansionistas y la excepción ibérica aplicada a la fijación de los precios de la energía— lo que les ha permitido resistir el envite del aumento del coste de vida y mantener a flote su recuperación post-2008.

Pero ha sido el este el que ha liderado el crecimiento de los salarios en la Unión Europea desde 2008, con los países bálticos y Polonia a la cabeza —donde el poder adquisitivo ha aumentado más de un 30%—. Los Estados de la antigua órbita soviética ingresaron en el bloque comunitario con modelos productivos oxidados y de poco rendimiento, partiendo de suelos muy bajos en numerosos indicadores socioeconómicos. El proceso de reconversión e integración económica les ha llevado sin embargo a alcanzar los estándares del sur de Europa.

En el lado contrario destaca el caso de Países Bajos, donde los sueldos de los trabajadores han perdido poder adquisitivo con respecto a 2008. Los salarios llevan en realidad estancados en el país neerlandés prácticamente desde 2009, pero entre 2020 y 2023 han caído un 7%. La inflación se disparó hasta el 14,5% en septiembre de 2022 y en 2023 Países Bajos entró en recesión técnica, con su banco central apuntando incluso a las mejoras salariales como la principal causa del aumento generalizado de los precios.


Fuente: ¿Cómo ha cambiado el sueldo de los trabajadores europeos desde la crisis de 2008? – Mapas de El Orden Mundial – EOM

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