Los sindicatos europeos instan a Bruselas a no sacrificar la protección de las y los trabajadores en su plan de simplificación normativa

La propuesta de MFP podría ser «un desastre», según Lynch, para la política de cohesión, que apoya el desarrollo económico de las regiones europeas más pobres y representa aproximadamente un tercio del actual MFP, de 1,2 billones de euros. Sus puntos de vista reflejan los de muchos gobiernos locales y regionales europeos, que han criticado la falta de fondos «delimitados» para programas sociales y regiones más pobres, y han expresado su temor a que la nueva estructura propuesta les excluya de los recursos europeos.


La secretaria general de la Confederación Europea de Sindicatos (CES), Esther Lynch, ha instado a Bruselas, en una entrevista con Euractiv, a no rebajar la protección de los trabajadores en la Unión Europea (UE) en su programa de reducción de la burocracia en las instituciones.

En ese sentido, Lynch explica que la Comisión Europea ha rechazado en repetidas ocasiones las peticiones de los sindicatos europeos para que no «amenace» con reducir la protección laboral en el marco de ese programa de simplificación.

El plan de Bruselas, sostiene Lynch, para «simplificar» la legislación se ha «convertido en una desregulación» que amenaza con erosionar el nivel de vida de los ciudadanos europeos.

«Hemos pedido una y otra vez que retiren de la mesa la posibilidad de eliminar los derechos laborales y sindicales como parte de este régimen de simplificación», comenta Lynch, cuya organización representa a 45 millones de trabajadores en la UE. «Y una y otra vez se niegan a retirarlo de la mesa», agrega.

Según Lynch, Bruselas se ha negado específicamente a garantizar que los derechos de los trabajadores estarán protegidos en el denominado «28º régimen», que permitiría a las empresas «innovadoras» eludir la legislación nacional, o en una serie de paquetes globales («Ómnibus«), que apuntan a recortar la normativa en una serie de ámbitos, desde los informes de sostenibilidad hasta la defensa.

En ese sentido, Lynch subrayó que los sindicatos «no quieren cargas innecesarias para las empresas», pero que la baja competitividad de Europa no es fruto de su sólido modelo social.

Así lo subrayó también el expresidente del Banco Central Europeo Mario Draghi en su informe sobre la economía de la UE publicado en 2024, aseguró Lynch.

«Las leyes laborales no son (…) aquello a lo que aspiran los trabajadores. Las leyes laborales son el umbral por debajo del cual es tan inaceptable que la ley intervendrá y dirá a los empresarios: ‘No puedes hacer eso’», afirma la líder sindical europea.

Sus declaraciones se producen en medio de una creciente inquietud por el malestar económico e industrial de Europa, marcado por un débil crecimiento y unos salarios reales estancados o a la baja en los últimos años.

Según  CES, la UE suprimirá casi un millón de empleos en el sector manufacturero entre 2019 y 2023.

Las pérdidas de empleo han sido especialmente graves en la industria automovilística, buque insignia del bloque, que lucha por seguir siendo competitiva frente a los aranceles estadounidenses y la competencia cada vez más dura de los vehículos eléctricos chinos.

Preguntada sobre si la negativa de Bruselas a garantizar la protección de los trabajadores busca amedrentar a los trabajadores, Lynch fue categórica.

«Creo que ya hay suficiente miedo por la pérdida de empleos», aseveró.

En respuesta a las palabras de Lynch, un portavoz de la Comisión defendió en declaraciones a Euractiv el programa de simplificación de Bruselas.

«Nuestro trabajo de simplificación significa una aplicación inteligente y más rápida. No significa rebajar nuestros elevados estándares sociales y medioambientales», subrayó el portavoz.

Un «desastre» arquitectónico

Por otra parte Lynch cargó duramente contra la propuesta presupuestaria a largo plazo de la Comisión, el Marco Financiero Plurianual (MFP), dotado con 2 billones de euros, que calificó de «muy reducido».

En ese sentido, recordó que «no está claro» cómo su estructura centralizada «podrá apoyar una política industrial para toda Europa».

La propuesta de MFP podría ser «un desastre», según Lynch, para la política de cohesión, que apoya el desarrollo económico de las regiones europeas más pobres y representa aproximadamente un tercio del actual MFP, de 1,2 billones de euros.

Sus puntos de vista reflejan los de muchos gobiernos locales y regionales europeos, que han criticado la falta de fondos «delimitados» para programas sociales y regiones más pobres, y han expresado su temor a que la nueva estructura propuesta les excluya de los recursos europeos.

«Mi temor es que salgan perdiendo aquellos grupos de la sociedad que no pueden permitirse los grandes grupos de presión, que no participan en los círculos de toma de decisiones con quienquiera que sea el Jefe de Gobierno», afirma Lynch.

Por otro lado, Lynch expresó su rechazo al «Fondo de Competitividad» que contempla el nuevo MFP, dotado con 234.000 millones de euros, el cual, dijo, no está suficientemente detallado ni es lo bastante ambicioso para revertir el declive industrial de Europa.

Lynch sugirió que la incapacidad de Bruselas para ofrecer una salida al malestar industrial de Europa forma parte de un problema más general.

«La responsabilidad de la Comisión es trazar cuál es el camino del éxito para los trabajadores en Europa», afirmó, al tiempo que añadió que ni el MFP propuesto ni la agenda de simplificación logran este objetivo.

«Es casi como si en lugar de un camino hacia el éxito, hubiera un camino pedregoso hacia otro lugar», concluyó.


Fuente: ENTREVISTA: Los sindicatos europeos instan a Bruselas a no sacrificar la protección de los trabajadores en su plan de simplificación normativa | Euractiv.es

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