El auge de la extrema derecha en las elecciones de la UE hace temer por la democracia’ Comunicado de prensa del Grupo de los Trabajadores del CESE

Los europeos, con una baja participación electoral, acudieron a las urnas este fin de semana y eligieron un nuevo Parlamento Europeo que marca un giro a la derecha con un apoyo significativo a los partidos de extrema derecha. Este giro supone una amenaza crítica para los derechos y libertades de millones de trabajadores de todo el continente.

El partido de extrema derecha de Marine Le Pen se alzó como gran vencedor en Francia con el 31% de los votos. Según los últimos resultados provisionales, los partidos de extrema derecha también quedaron primeros en Austria, Italia y Hungría, y segundos en Alemania, Países Bajos y Polonia.

A pesar de sus importantes victorias en algunos países, los partidos de extrema derecha no consiguieron la mayoría en el Parlamento Europeo, situándose por encima del 20% del total de votos. A menos que se produzcan cambios drásticos en los grupos, la «Gran Coalición de fuerzas democráticas» sigue siendo casi la única viable. Nuestro nuevo informe muestra que los grupos de extrema derecha votan más que cualquier otro partido en contra de los derechos de los trabajadores. Esto indica que se opondrían a cualquier intento de garantizar una Europa social. Y aunque no participen directamente en la coalición, su peso garantizará que cuestiones importantes sobre temas sociales o medioambientales puedan ser bloqueadas desde la derecha.

Este ascenso de la extrema derecha puede explicarse por un complejo conjunto de razones, a menudo ligadas al contexto nacional, ya que la mayoría de los votantes acudieron a las urnas pensando en la situación de su Estado miembro. Sin embargo, el descontento generalizado de la población, como el aumento vertiginoso del coste de la vida, el desempleo en muchos países, los bajos salarios, la fuga de cerebros, la inseguridad energética y la erosión de los servicios públicos en Europa, desempeñan un papel fundamental en la disminución de la confianza de los ciudadanos en el sistema.

Retrasar las medidas que realmente benefician a los europeos, adoptando mientras tanto medidas de austeridad por la puerta de atrás, sólo hará que aumente el descontento hasta que finalmente nos despertemos con una mayoría de extrema derecha que nunca ha rehuido su proyecto de desmantelar la UE, destruir los derechos humanos y socavar el Estado de Derecho. No podemos permitirnos que esto ocurra. Pedimos a los líderes del bloque democrático que ofrezcan una UE que funcione para los ciudadanos.

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