Los Estados miembros deben actuar en múltiples niveles, sectores y edades en materia de salud mental

Casi uno de cada dos europeos ha experimentado un problema emocional o psicosocial en el último año. El reciente contexto de crisis agravadas (la pandemia de COVID-19, la agresión rusa contra Ucrania, la crisis climática, el desempleo y el aumento de los precios de los alimentos y la energía) ha empeorado aún más la situación, en particular para los niños y los jóvenes.

Como saben, vivimos en una época de policrisis que ha golpeado duramente la salud mental de los europeos. La pandemia del COVID-19, las consecuencias de la agresión rusa contra Ucrania o la propia crisis climática son sólo algunos de los choques que han agravado unos niveles de salud mental ya de por sí deficientes. Mejorar la salud mental es un imperativo social y económico. Me complace profundamente que en las conclusiones que aprobamos hoy hayamos obtenido un consenso tan importante como la necesidad de aplicar un enfoque de la salud mental que abarque todas las políticas y reconozca los determinantes sociales, medioambientales y económicos de la salud mental.

Mónica García Gómez, Ministra española de Sanidad

En sus conclusiones, el Consejo destaca la importancia de abordar la salud mental y el bienestar en los distintos contextos a lo largo de la vida, lo que beneficia tanto a los individuos como a las sociedades. Reconoce el papel beneficioso de las comunidades, las escuelas, los deportes y la cultura en el fortalecimiento de la salud mental y el bienestar mental a lo largo de la vida.

Las conclusiones invitan a los Estados miembros a elaborar planes de acción o estrategias con un enfoque intersectorial de la salud mental, que aborden no sólo la salud, sino también el empleo, la educación, la digitalización y la IA, la cultura, el medio ambiente y los factores climáticos, entre otras cosas.

Las acciones sugeridas pretenden prevenir y combatir los problemas de salud mental y la discriminación, al tiempo que promueven el bienestar. Se invita a los Estados miembros a garantizar el acceso a una atención de salud mental oportuna, eficaz y segura, así como a actuar en un amplio espectro de ámbitos, sectores y edades, entre ellos:

  • detección precoz y sensibilización en la escuela y entre los jóvenes;
  • lucha contra la soledad, las autolesiones y los comportamientos suicidas;
  • gestión de los riesgos psicosociales en el trabajo, con especial atención a los profesionales sanitarios;
  • reinserción social y laboral tras la recuperación para evitar recaídas;
  • medidas contra la estigmatización de la salud mental, la incitación al odio y la violencia de género;
  • uso de la antidiscriminación como herramienta de prevención, con especial atención a los grupos vulnerables.

Las conclusiones animan a los Estados miembros y a la Comisión a seguir avanzando hacia un enfoque global de la salud mental que mantenga este tema en la agenda internacional. Esto incluye la cooperación y coordinación entre los Estados miembros de la UE y la Comisión, como el intercambio de buenas prácticas y la promoción de las oportunidades de financiación de la UE en el ámbito de la salud mental, así como el diseño de acciones y recomendaciones y el seguimiento de los avances.

Las conclusiones del Consejo sobre salud mental se basan en la comunicación de la Comisión sobre un enfoque global de la salud mental, publicada en junio de 2023. El tema de la salud mental es de la máxima importancia para la Presidencia española.

Este conjunto de conclusiones es el marco de un grupo más amplio de conclusiones sobre salud mental que se aprobarán durante la Presidencia española, incluida la salud mental y su interconexión con las condiciones laborales precarias, la salud mental de los jóvenes y la salud mental y la coocurrencia con los trastornos por consumo de drogas (estas últimas se aprobarán en diciembre).

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