La sombra de Putin sobre las elecciones europeas del 9J
El Kremlin habría pagado a varios eurodiputados para trabajar a favor de Moscú, según medios internacionales. Además, «la manipulación en procesos democráticos es marca de la casa para Rusia», avisan los expertos.
Podríamos estar ante una película de espías digna de ser nominada a los Óscar, pero no, esta es la realidad: la injerencia rusa es una de las grandes preocupaciones de la UE cuando solo quedan dos meses para las elecciones europeas, que se celebran entre el 6 y el 9 de junio. La mano de Vladimir Putin es alargada, más si cabe en un momento en el que se mantiene la ayuda comunitaria a Ucrania en plena invasión y en el que también el discurso contra el Kremlin sigue siendo muy duro. Las instituciones europeas tienen claro su respaldo a Kiev, igual que asumen ya que tendrán que combatir a destajo cualquier intento del Kremlin por desestabilizar la cita con las urnas.
«La manipulación en procesos democráticos es marca de la casa para Rusia», avisan los expertos consultados por 20minutos estos días en Bruselas, mientras tanto la Comisión Europea como el Parlamento Europeo recaban información y herramientas para intentar frenar estas dinámicas. Lo último que se ha sabido, según recogen varios medios internacionales, es que Rusia habría pagado a eurodiputados de ultraderecha para que ‘trabajasen’ a favor de Moscú, ya fuera con declaraciones o con artículos publicados en prensa.
Podríamos estar ante una película de espías digna de ser nominada a los Óscar, pero no, esta es la realidad: la injerencia rusa es una de las grandes preocupaciones de la UE cuando solo quedan dos meses para las elecciones europeas, que se celebran entre el 6 y el 9 de junio. La mano de Vladimir Putin es alargada, más si cabe en un momento en el que se mantiene la ayuda comunitaria a Ucrania en plena invasión y en el que también el discurso contra el Kremlin sigue siendo muy duro. Las instituciones europeas tienen claro su respaldo a Kiev, igual que asumen ya que tendrán que combatir a destajo cualquier intento del Kremlin por desestabilizar la cita con las urnas.
«La manipulación en procesos democráticos es marca de la casa para Rusia», avisan los expertos consultados por 20minutos estos días en Bruselas, mientras tanto la Comisión Europea como el Parlamento Europeo recaban información y herramientas para intentar frenar estas dinámicas. Lo último que se ha sabido, según recogen varios medios internacionales, es que Rusia habría pagado a eurodiputados de ultraderecha para que ‘trabajasen’ a favor de Moscú, ya fuera con declaraciones o con artículos publicados en prensa.
Al mismo tiempo, una indagación importante de Investigate Europe recoge que se dieron en los últimos meses un millón de tuits desde 50.000 cuentas falsas en Alemania criticando el apoyo del Gobierno a Ucrania y 193 webs en Francia defendiendo la invasión con falsedades. Esa es la infiltración de Moscú sobre las dinámicas en la UE. «No es algo nuevo, pero con la guerra está claro que se ha intensificado mucho más. Lo vimos con el brexit y lo estamos viendo ante las elecciones europeas, agrandados por la situación de invasión», concluyen los analistas.
La Rusia de Putin no solo despliega bots en las redes sociales, también campañas lanzadas desde el propio Kremlin o agentes encubiertos en Europa que trabajan para sus intereses. Moscú quiere una UE inestable, manejable, la misma que esperaba encontrar cuando lanzó la ofensiva contra Ucrania; «pero la realidad ha sido la contraria», insisten los altos cargos en Bruselas. Es esa ‘unidad’ comunitaria la que Rusia quiere ahora erosionar de cara a las elecciones, que en España tendrán lugar el domingo 9 de junio.
En ese escenario, el Parlamento Europeo lleva años trabajando para frenar este tipo de dinámicas. Un paso que dio el pleno fue el pasado mes de febrero, cuando aprobó una resolución en la que pide frenar los intentos de Rusia de interferir en la toma de decisiones de la UE, sobre todo en torno al caso de la eurodiputada letona Tatjana Ždanoka, señalada por presuntamente pertenecer a los servicios secretos rusos. También el texto menciona la posible vinculación de Moscú con el procés independentista catalán.
En ese documento la Eurocámara señala los «continuos esfuerzos de Rusia para socavar la democracia europea y su reclutamiento de diputados del Parlamento Europeo como agentes de influencia o también el uso de partidos políticos europeos que actúan como amplificadores de la propaganda del Kremlin y sirven a sus intereses». Es decir, que Putin quiere erosionar la UE desde dentro; y eso es algo que preocupa y mucho en la Unión. Siempre, pero más si cabe con las elecciones europeas a la vuelta de la esquina. En un claro intento por concienciar a la población, el pleno del Parlamento fue muy claro en el debate sobre la resolución mencionada.
El texto cita las revelaciones a lo largo de años en varios países de la UE sobre financiación rusa a gran escala de políticos, partidos políticos, funcionarios y movimientos, con el propósito de interferir y ganar influencia en sus procesos internos, pese a la prohibición en la mayoría de los Estados miembros de las donaciones extranjeras a partidos y candidatos. Entre otros métodos usados por Rusia, figura la suscripción de préstamos, acuerdos comerciales y la facilitación de actividades financieras.
Para acorralar estos movimientos, el Parlamento Europeo cuenta también con la Comisión de Injerencias Extranjeras (INGE), que preside el eurodiputado socialista francés Raphael Glucksmann y del que es vicepresidente el español Javier Zarzalejos (PP). «Trabajamos para evaluar el nivel de estas amenazas en distintos ámbitos: grandes elecciones nacionales y europeas en toda la UE; campañas de desinformación en los medios de comunicación tradicionales y sociales para moldear la opinión pública; ciberataques dirigidos contra infraestructuras críticas; apoyo financiero directo e indirecto y coacción económica a actores políticos y subversión de la sociedad civil», explica el dirigente galo.
En una entrevista reciente con 20minutos, el propio Zarzalejos reconoció que «la UE ha generado muchos anticuerpos con la desinformación», pero que todavía queda trabajo por hacer. Esa es quizá otra de las frases más repetidas en Bruselas: hay que hacer más todavía para luchar contra las injerencias rusas (y no solo rusas). El propio eurodiputado matiza lo que es desinformación. «No es una falsedad que se lanza, sino que es una estrategia pensada, basada en elementos falsos o manipulados para dar lugar a una determinada reacción en favor de quien realiza esa estrategia», expone, antes de añadir que es una parte más «de una guerra híbrida», como la que se vive ahora mismo en Europa. «Hay varios niveles de desinformación: condicionar un proceso electoral, un acontecimiento político, etc. Allí donde Moscú ha visto que hay un fuego en Europa se ha presentado Putin con el bidón de gasolina«, sentenció.
La Eurocámara también detalla ejemplos de reciente injerencia rusa en varios países, como la facilitación de narrativas a partidos políticos y actores de la extrema derecha en Alemania y Francia con la intención de subvertir el apoyo público a Ucrania, así como en Eslovaquia. Los eurodiputados también muestran preocupación por la creciente propagación de desinformación y contenido ilegal en la plataforma X (antes Twitter). Y es que el uso de las redes sociales como canales de desinformación es plenamente conocido, y Rusia las utiliza a gran escala… el peligro está en que esa dinámica pueda llegar a convencer a quienes están llamados a las urnas en solo dos meses. La maquinaria en la UE está en pleno funcionamiento para que gane la información y no la manipulación.