La política de cohesión debe ser un instrumento para crear empleo y acabar con la pobreza en Europa

La secretaria de Políticas Europeas de UGT, Mari Carmen Barrera, interviene en la jornada: “Hacia una política de cohesión 2.0. Retos y oportunidades para el crecimiento y el desarrollo de las regiones europeas” organizada por UGT en el Consejo Económico y Social Europeo.


Una jornada en la que ha afirmado que “la desigualdad de oportunidades puede ser perjudicial para el crecimiento y la competitividad a largo plazo a nivel regional, nacional y de la UE, por lo que es necesario diversificar y flexibilizar más la política de cohesión para poder prestar más atención a las personas, especialmente a las más vulnerables y abordar mejor la desigualdad de oportunidades a la que muchos se enfrentan”.

En este sentido, ha considerado imprescindible “ampliar, modernizar o revisar la gama de instrumentos y enfoques para construir una política de cohesión sólida, eficaz, flexible y renovada, centrándose en un mayor énfasis en las estrategias de política territorial, como la Inversión Territorial Integrada (ITI) y el desarrollo local participativo, para que los ciudadanos puedan establecer sus propias prioridades y definir los proyectos de desarrollo; garantizar que el uso de los fondos del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia RRF sea plenamente compatible con la aplicación de la futura política de cohesión y que las inversiones y los programas ya iniciados en este marco no queden en suspenso debido a cambios en la financiación del Mecanismo; y prestar especial atención a las categorías de personas con las tasas de empleo más bajas (mujeres, jóvenes, inmigrantes, personas con un bajo nivel educativo), para las que se necesitan programas específicos de formación, reciclaje y apoyo sobre el terreno”. 

Además, ha señalado la necesidad de “aumentar el potencial de los mercados laborales transfronterizos, que están poco desarrollados debido a las barreras jurídicas y administrativas; continuar protegiendo a las PYME y su sostenibilidad, y la financiación de las grandes empresas, sobre todo en lo referente a las tecnologías estratégicas a través del nuevo instrumento STEP; crear nuevos tipos de perspectivas económicas para las zonas rurales menos desarrolladas, periféricas y escasamente pobladas, las islas de la UE y las regiones ultraperiféricas; y promover iniciativas para identificar y abordar cuidadosamente las necesidades específicas de las regiones y territorios en trampas de desarrollo y ayudarles a superar sus retos”.

Una política de cohesión para todas las personas

Para Mari Carmen Barrera, también “es esencial para alcanzar los objetivos de la cohesión promover la interacción entre las políticas horizontales de la UE y la política de cohesión, a fin de aumentar la eficacia de los esfuerzos para lograr la convergencia regional mediante medidas orientadas al territorio en conjunción con los objetivos fundamentales de la UE”. 

“La futura política de cohesión también debería participar en el aumento de la capacidad fiscal de la UE del 1,1% al 1,8% del PIB”, ha asegurado, “y desarrollar más algunas de sus secciones innovadoras como las inversiones innovadoras interregionales, además de reforzar las inversiones digitales en los programas existentes destinados a reducir la brecha digital”.

“Y no podemos olvidar que es esencial trabajar para racionalizar la política de cohesión para los beneficiarios mediante la simplificación y la flexibilidad en la aplicación de los fondos, que deben utilizarse para alcanzar sus objetivos”, ha especificado. “Es necesario garantizar normas claras y sencillas para los fondos de la UE ejecutados en régimen de gestión compartida en un reglamento único y, al mismo tiempo, mejorar la capacidad administrativa de los agentes regionales, locales y de la sociedad civil”. 

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