Informe de la Comisión Europea «Empleo y evolución social en Europa 2022 – Jóvenes europeos»

La Comisión Europea, cuya función principal es ayudar a dar forma a la estrategia general de la UE, proponer nuevas leyes y políticas de la UE, supervisar su aplicación y gestionar el presupuesto de la UE, ha publicado el estudio “Empleo y evolución social en Europa 2022. Jóvenes europeos: empleo y retos sociales por delante” que hoy os presentamos adaptado en formato resumen.

El informe anual sobre la evolución del empleo y los asuntos sociales en Europa, elaborado por la Dirección General de Empleo, Asuntos Sociales e Inclusión, ofrece un análisis económico actualizado de las tendencias sociales y de empleo en Europa y examina las opciones políticas correspondientes.

Se trata del informe analítico más importante de la Comisión Europea en el ámbito del empleo y los asuntos sociales, en virtud de los artículos 151, 159 y 161 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea (TFUE).

Entre otras conclusiones, el informe muestra que los jóvenes fueron los más afectados por la pérdida de empleo durante la crisis económica provocada por la pandemia del COVID-19. También muestra que la recuperación fue más lenta para ellos que para otros grupos de edad. Las posibles explicaciones están vinculadas a su elevada proporción de contratos de duración determinada y a las dificultades para encontrar un primer empleo tras abandonar la escuela, la universidad o la formación.

Entre los principales resultados recogidos en el informe, nos parece oportuno señalar los siguientes:

  • La recuperación de la pandemia de COVID-19 no ha sido uniforme. Los jóvenes (menores de 30 años) siguen enfrentándose a importantes dificultades para encontrar trabajo, o para encontrar trabajos que se ajusten a sus habilidades y experiencia. Aunque el desempleo juvenil disminuyó en 2021, especialmente hacia finales del año, siguió siendo un punto porcentual (pp) más alto que antes de la crisis (en 2019). De los que tienen trabajo, casi 1 de cada 2 jóvenes (45,9%) tiene contratos temporales, frente a 1 de cada 10 para el conjunto de los trabajadores (10,2%).
  • Por término medio, los jóvenes tienen más probabilidades de enfrentarse a una situación social y financiera difícil. Ya antes de la pandemia, los ingresos laborales de los jóvenes eran más volátiles que los de los trabajadores de más edad. Los hogares encabezados por jóvenes experimentaron más pobreza, aunque existen marcadas diferencias entre los países de la UE. Los jóvenes tuvieron dificultades para hacer frente a sus gastos cotidianos, como los de las facturas y el alquiler, y el 61% de ellos se preocupó por encontrar o mantener una vivienda adecuada en los próximos diez años.
  • Los retos a los que se enfrentan los jóvenes dependen de su nivel educativo y de su entorno socioeconómico. Los jóvenes con estudios secundarios tienen un 19% menos de probabilidades de acabar en una situación en la que no trabajen ni reciban educación o formación que los que tienen un nivel educativo inferior. En el caso de los que tienen estudios superiores, este riesgo es 28pp menor. Los jóvenes de origen desfavorecido tienen aún menos probabilidades de estar en situación de empleo, educación o formación.
  • El género es otro de los factores que provocan la desigualdad entre los jóvenes. Al comenzar su carrera, las mujeres jóvenes de la UE ganan de media un 7,2% menos que sus colegas masculinos, una diferencia que aumenta con la edad. A nivel de la UE, sólo una pequeña proporción de esta diferencia -0,5 puntos porcentuales- se debe a los logros educativos de las mujeres, a su elección profesional, a su experiencia laboral y al tipo de contrato de trabajo que tienen.

La crisis financiera de 2009 dejó a las personas trabajadoras jóvenes en una situación extremadamente vulnerable. Su entrada en el mercado laboral fue retrasada y quedaron atrapados en empleos temporales y precarios, prácticas no remuneradas e ilegales y falsos autoempleos, careciendo de la protección social básica y siendo, a menudo, objeto de prácticas discriminatorias por razón de edad.

No es de extrañar que la pandemia y sus repercusiones sociales y económicas hayan afectado especialmente a las y los jóvenes europeos. La economía colaborativa y el empleo atípico están creciendo rápidamente y, en consecuencia, está afectando a la temporalidad y precariedad de sus empleos, menoscabando sus derechos e hipotecando su presente y futuro.

A nivel europeo, resulta de especial relevancia destacar la condena del Parlamento europeo a las prácticas no remuneradas, considerándolas como una forma de explotación que viola los derechos de las personas trabajadoras jóvenes. En este sentido, desde UGT estamos trabajando la aprobación de un Estatuto nacional del becario que impedirá a las empresas el abuso de esta figura.

En conclusión, estimamos necesario llevar a cabo una implementación de las políticas sociales y de empleo necesarias para hacer frente a los retos de las y los jóvenes para ser económicamente independientes, ante el empeoramiento de la situación actual debido a la invasión rusa de Ucrania. Por ello, desde UGT nos comprometemos a luchar por empleos de alta calidad, estables y con un salario digno para las personas jóvenes, construyendo una Europa social que brinde protección, oportunidades de crecimiento y desarrollo personal a su ciudadanía.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *