Informe de Eurofound «Recuperación del COVID-19. La estructura cambiante del empleo en la UE»

La Fundación Europea para la Mejora de las Condiciones de Vida y de Trabajo (Eurofound), cuyo objetivo es apoyar a las instituciones de la UE, a los Estados miembros y a los interlocutores sociales en la elaboración y aplicación de las políticas sociales y de empleo, ha publicado el informe “Recuperación del COVID-19. La estructura cambiante del empleo en la UE” que hoy os presentamos adaptado en formato resumen.

Los mercados laborales europeos se han recuperado con fuerza del COVID-19. A finales de 2021, poco más de 18 meses después del inicio de la pandemia, las tasas de empleo en la UE estaban casi en los niveles anteriores a la crisis. Este informe resume la evolución del mercado laboral en 2020 y 2021 utilizando datos trimestrales de la Encuesta de Población Activa de la UE, y lo hace desde una perspectiva estructural, centrándose en los datos a nivel de sector y de ocupación, y en las variables demográficas clave: género y edad.

Incluso si los niveles de empleo en los Estados miembros de la UE vuelven a sus niveles anteriores a la crisis, la composición del empleo habrá cambiado significativamente, ya que el COVID-19 ha acelerado algunas tendencias anteriores -la mejora de la ocupación con el aumento del empleo en puestos de trabajo de mayor calidad y mejor pagados y la adopción del teletrabajo- de manera que es probable que deje una marca permanente en la estructura del empleo en la UE.

Entre los principales resultados recogidos en el informe, nos parece oportuno señalar los siguientes:

  • El impacto del COVID-19 en los mercados laborales en 2020 fue breve y bruscopero la recuperación ha sido rápida, gracias a las intervenciones políticas y a las importantes ayudas públicas a nivel nacional y de la UE. En general, los niveles de empleo de la UE se recuperaron hasta los niveles anteriores a la crisis en dos años, en comparación con los casi ocho años que siguieron a la crisis financiera mundial.
  • La recuperación tras la crisis COVID-19 ha sido muy desigual entre los distintos sectores. Mientras que el empleo en las actividades de alojamiento y servicios alimentarios, el comercio mayorista y minorista y el transporte registró una pérdida acumulada de 1,4 millones de trabajadores entre 2019 y 2021, el sector de la información y las comunicaciones añadió 1 millón de puestos de trabajo durante el mismo período.
  • Aunque la pandemia ha acelerado algunas tendencias estructurales preexistentes, como la digitalización, también ha dejado cicatrices de empleo duraderas en los sectores de servicios presenciales, que se han visto muy afectados por las restricciones de distanciamiento social. Por primera vez en una generación, es la escasez de mano de obra, más que el desempleo, la oferta de trabajo, más que la demanda, lo que más preocupa a los responsables políticos.
  • Aunque la pérdida de puestos de trabajo durante la pandemia se concentró en los empleos mal pagados, la recuperación de los niveles de empleo durante 2021 se vio impulsada por el crecimiento de los empleos y ocupaciones bien pagados. A lo largo del periodo 2019-2021, el aumento del empleo bien remunerado ha sido mayor entre las mujeres que entre los hombres en la UE mientras que, al mismo tiempo, la pérdida de empleo ha sido más aguda para las mujeres en empleos mal pagados.
  • Es probable que el aumento del teletrabajo siga siendo el legado de la crisis del COVID-19, ya que el trabajo a distancia seguirá creciendo en casi todos los Estados miembros de la UE, incluso después del espectacular aumento registrado al comienzo de la pandemia. La crisis también ha favorecido el crecimiento del empleo en sectores y ocupaciones en los que el teletrabajo es más factible: entre 2019 y 2021, el profesional de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) fue la ocupación que más creció y la que más teletrabajó en 2021.

La crisis provocada por la pandemia de Covid-19 se ha caracterizado por la asimetría con la que ha impactado, afectando a los Estados miembros de manera diferente. Asimismo, ha contribuido a la rigidez del mercado laboral, en el que la demanda de mano de obra es al menos tan fuerte como la oferta. Se ha registrado escasez de mano de obra en algunos sectores, en particular los que implican un contacto social intenso, en los que, por consideraciones de seguridad, los personas empleadas han dudado en volver a sus puestos de trabajo.

Sin embargo, hay también otros factores subyacentes, como las condiciones de trabajo desfavorables y la disminución de la migración laboral, que han influido en el desplazamiento de las personas trabajadoras, ejerciendo una presión al alza sobre su capacidad de negociación y la de los sindicatos.

La pandemia ha puesto de manifiesto la importancia del diálogo social en toda la Unión Europea y que unos sindicatos fuertes son esenciales para una recuperación justa. Por ello, desde UGT consideramos que, aunque hay muchos retos que afrontar, este aumento de la capacidad de negociación es una gran oportunidad para poder mejorar las condiciones laborales de los trabajadores y trabajadoras mediante la consecución de empleos seguros con salarios y condiciones decentes.

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