Informe de Eurofound «Desigualdades intergeneracionales: ¿Cómo reducir las diferencias?»

La Fundación Europea para la Mejora de las Condiciones de Vida y de Trabajo (Eurofound), ha publicado el informe “Desigualdades intergeneracionales: ¿Cómo reducir las diferencias?” que hoy os presentamos traducido.

Las diversas conmociones económicas y sociales de la última década y media -la más reciente, la pandemia de COVID-19- han tenido consecuencias permanentes en el nivel de vida y las perspectivas de los europeos, y a veces estos resultados han sido desiguales entre los distintos grupos de edad. Las políticas sociales -como las de protección social y vivienda- han beneficiado en algunos casos a determinados grupos de edad en detrimento de otros. El resultado, tanto de las crisis como de las políticas, es que las desigualdades entre generaciones han aumentado en ámbitos importantes.

Este informe examina algunas de las tendencias sociales intergeneracionales que han persistido o han cambiado considerablemente en la última década y media, a veces en contra de lo esperado. Se centra en acontecimientos significativos que han recibido algo menos de atención en la planificación política en los ámbitos de la renta, la vivienda, el trabajo y el empleo, y la salud. La intención es desarrollar un sentido más claro de la dirección del cambio social e introducir perspectivas a medio y largo plazo en el pensamiento político.

Entre las principales conclusiones del informe destacamos las siguientes:

  • Hay tendencias sociales intergeneracionales que han cambiado significativamente en los últimos 15 años. Sin embargo, otras se han mantenido estables, con varios resultados inesperados a escala de la UE, como el porcentaje invariable de jóvenes que viven con sus padres o, a pesar de la reciente crisis del coste de la vida, el porcentaje de personas con dificultades para llegar a fin de mes sigue siendo considerablemente inferior al de hace una década.
  • Los nuevos datos recogidos ponen de relieve cómo la evolución de los ingresos entre la población de más edad se ve influida por la protección social efectiva a lo largo de la vida,mientras que la de los grupos más jóvenes está impulsada sobre todo por el empleo.
  • La tenencia de la vivienda que obtienen las personas cuando comienzan a vivir de forma independiente está cambiando, y el alquiler se ha vuelto más común entre los grupos de edad más jóvenes, aumentando especialmente entre los que tienen entre 30 y 39 años, pasando del 38% al 45% entre 2010 y 2019.
  • Han surgido dos tendencias en relación con la salud de los europeos. Una es quecada vez más personas de todos los grupos de edad se sienten y dicen que su salud es buena. Sin embargo, la segunda es que la proporción de personas que declaran padecer una enfermedad crónica es ahora mayor, incluso entre los jóvenes, donde la prevalencia de problemas de salud mental entre los jóvenes europeos también es preocupante.
  • Los nuevos datos que revelan fuentes de resistencia en todos los grupos de edad de la UE como una mejor salud declarada, una mayor concienciación sobre la salud mental, un mercado laboral fuerte, una menor proporción de personas con dificultades para llegar a fin de mesen comparación con hace una década, y el aumento del empleo y de los ingresos de las mujeres.

En España, en términos de empleo, la reforma laboral impulsada por nuestro sindicato está dando resultados excepcionales, ya que está logrando un gran crecimiento del empleo, así como la reducción de la temporalidad. Sin embargo, es hora de poner el foco, también, en otras deficiencias estructurales como la precariedad laboral que conduce a las personas trabajadoras, principalmente personas jóvenes, a tener que soportar condiciones de trabajo que no son dignas, incluido el salario.

Por ello, será fundamental que los responsables políticos, tanto nacionales como europeos, se centren indiscutiblemente en mejorar la participación de las personas jóvenes en el mercado laboral a largo plazo acrecentando y fortaleciendo sus condiciones laborales y salariales, para reforzar su seguridad de ingresos y garantizarles una vida digna y un alojamiento de calidad.

Además, resulta esencial que se configuren políticas que ayuden a reforzar la dimensión social de España y de la Unión Europea, destacando la importancia de seguir vigilando y abordando las desigualdades y, en este sentido, resulta clave garantizar unos servicios públicos fuertes y de calidad, como son sanidad y educación, los cuales son un arma poderosa contra la desigualdad socioeconómica.

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