Helena Dalli: «Ningún Estado miembro ha alcanzado todavía la igualdad de género»

«La idea de que se está dejando atrás a los hombres gana fuerza en las redes sociales y conduce a malentendidos de lo que las políticas de igualdad pretenden».


Helena Dalli (Malta, 1962) apura sus cinco años al frente de la comisaría de Igualdad en la Comisión Europea satisfecha con el trabajo hecho, pero a la vez consciente de que queda todavía mucho por hacer. La figura maltesa en el Ejecutivo comunitario hace balance de una legislatura exigente a nivel de igualdad de género, de lucha contra la violencia machista y de exigencia para poner la lucha feminista en primera línea de debate para la Unión Europea. Ahora Dalli solo espera que la Igualdad sea un tema clave en la campaña de las europeas de junio y, sobre todo, a medio y largo plazo.

La definición del delito de violación es uno de los principales escollos durante la negociación de la directiva de la UE sobre violencia contra las mujeres. ¿Teme que la que sería la primera normativa de la UE en este ámbito nunca salga adelante por este motivo?

En efecto, la definición del delito de violación basada en el consentimiento está resultando una cuestión divisoria en el Consejo, mientras que sigue siendo un elemento esencial para el Parlamento Europeo. La propuesta de la Comisión deja claro que la violación es uno de los delitos más graves que atentan contra la integridad sexual de una persona y que afecta desproporcionadamente a las mujeres. En el artículo 5, define la violación como las relaciones sexuales con penetración realizadas sin consentimiento, con una parte del cuerpo o con un objeto. 

Precisamente, lo que realmente genera conflicto es la definición de consentimiento…

El consentimiento que se requiere según esta propuesta se refiere a un acuerdo que se da libremente. No debe suponerse por falta de resistencia verbal o física, ni por el contexto de relaciones íntimas anteriores. Así pues, el consentimiento debe expresarse claramente y puede retractarse en cualquier momento. Por el contrario, la ausencia de consentimiento no es solo un «no» o el silencio, sino cualquier circunstancia en la que una persona es coaccionada, presionada o intimidada para mantener relaciones sexuales. La propuesta también mejora el apoyo a las víctimas y su acceso a la justicia mediante una protección adaptada, servicios de apoyo, medidas de emergencia y reclamaciones de indemnización. Además, exige esfuerzos adecuados de prevención y formación profesional, junto con una mejor recogida de datos.

La definición del delito de violación basada en el consentimiento está resultando una cuestión divisoria en el Consejo

Cree entonces que se logrará llegar a un consenso?

Nos acercamos a la fase final de las negociaciones sobre la propuesta de Directiva de la Comisión, con ambos colegisladores dispuestos a llegar a un acuerdo antes de las elecciones europeas. Auguro que el Consejo y el Parlamento Europeo llegarán a un acuerdo sobre el texto final, ya que establecerá una norma mínima para prevenir y combatir la violencia contra las mujeres y la violencia doméstica en Europa.

La definición del delito de violación es uno de los principales escollos durante la negociación de la directiva de la UE sobre violencia contra las mujeres. ¿Teme que la que sería la primera normativa de la UE en este ámbito nunca salga adelante por este motivo?

En efecto, la definición del delito de violación basada en el consentimiento está resultando una cuestión divisoria en el Consejo, mientras que sigue siendo un elemento esencial para el Parlamento Europeo. La propuesta de la Comisión deja claro que la violación es uno de los delitos más graves que atentan contra la integridad sexual de una persona y que afecta desproporcionadamente a las mujeres. En el artículo 5, define la violación como las relaciones sexuales con penetración realizadas sin consentimiento, con una parte del cuerpo o con un objeto. 

Precisamente, lo que realmente genera conflicto es la definición de consentimiento…

El consentimiento que se requiere según esta propuesta se refiere a un acuerdo que se da libremente. No debe suponerse por falta de resistencia verbal o física, ni por el contexto de relaciones íntimas anteriores. Así pues, el consentimiento debe expresarse claramente y puede retractarse en cualquier momento. Por el contrario, la ausencia de consentimiento no es solo un «no» o el silencio, sino cualquier circunstancia en la que una persona es coaccionada, presionada o intimidada para mantener relaciones sexuales. La propuesta también mejora el apoyo a las víctimas y su acceso a la justicia mediante una protección adaptada, servicios de apoyo, medidas de emergencia y reclamaciones de indemnización. Además, exige esfuerzos adecuados de prevención y formación profesional, junto con una mejor recogida de datos.

La definición del delito de violación basada en el consentimiento está resultando una cuestión divisoria en el Consejo

¿Cree entonces que se logrará llegar a un consenso?

Nos acercamos a la fase final de las negociaciones sobre la propuesta de Directiva de la Comisión, con ambos colegisladores dispuestos a llegar a un acuerdo antes de las elecciones europeas. Auguro que el Consejo y el Parlamento Europeo llegarán a un acuerdo sobre el texto final, ya que establecerá una norma mínima para prevenir y combatir la violencia contra las mujeres y la violencia doméstica en Europa.

Ha defendido un modelo de consentimiento sexual similar al implantado aquí en España en 2022, con la ley del ‘solo sí es sí’, que no se base en la prevalencia de la violencia. ¿Por qué cree que es necesario llevar este marco legislativo al ámbito europeo?

Un modelo unificado no solo aportaría claridad y coherencia, sino que también garantizaría la igualdad de protección en toda nuestra Unión. Los datos muestran que en los Estados miembros en los que la violación se define en términos de ausencia de consentimiento, los informes indican un aumento del número de casos de violación denunciados. Este aumento está vinculado a una mayor concienciación pública sobre la mejora de la definición jurídica de violación y a un aumento de la confianza en la disposición del sistema jurídico a abordar tales denuncias. Por consiguiente, el artículo 5 de la propuesta de la Comisión es un faro de empoderamiento para las mujeres, ya que cambia el discurso de cuestionar el comportamiento de la víctima a afirmar el principio de que solo sí significa sí.

La idea de que se está dejando atrás a los hombres gana fuerza con las redes sociales y conduce a malentendidos de lo que las políticas de igualdad pretenden

Varias encuestas en España y Francia, por ejemplo, muestran que un porcentaje significativo de hombres cree que la progresión de las políticas de igualdad les ha discriminado. ¿Estamos viviendo una reacción a las políticas feministas en Europa?

Estas percepciones e incluso la incredulidad son sentimientos compartidos por muchas personas cuando se enfrentan a desigualdades que no han experimentado o que consideran de menor importancia. No se trata de un fenómeno exclusivo de Europa, sino que se observa en todo el mundo cuando las sociedades ven cuestionados sus roles y normas tradicionales de género. Las políticas de igualdad de género abordan estructuras patriarcales arraigadas y pueden crear una sensación de pérdida o amenaza entre quienes perciben estos cambios como un juego de suma cero. La idea de que se está «dejando atrás» a los hombres o de que se les está tratando injustamente puede ganar fuerza, especialmente con el auge de las redes sociales, lo que a menudo conduce a malentendidos o tergiversaciones de lo que las políticas de igualdad de género pretenden conseguir en realidad. Estas políticas están diseñadas para crear una sociedad más igualitaria y justa para todos. No hay ningún objetivo oculto.

El pasado mes de octubre entró en vigor en la UE el Convenio de Estambul, ¿qué supuso desde el punto de vista de la Comisión después de tanto tiempo?

El Convenio de Estambul es el patrón oro internacional en la lucha contra la violencia contra las mujeres y la violencia doméstica. La adhesión significa que la Unión Europea queda vinculada por un amplio paquete de normas en el ámbito de la cooperación judicial en materia penal, el asilo y la no devolución, así como en nuestra administración pública. Establece normas para la prevención de la violencia a través de la educación y la sensibilización; la prestación de protección y apoyo a las supervivientes; un mandato para la creación de servicios esenciales, como refugios y líneas telefónicas de ayuda; y el procesamiento de los agresores.

En su opinión, ¿debería ser la igualdad un tema clave en la campaña para las próximas elecciones europeas?

Absolutamente, la búsqueda de la igualdad es fundamental para los valores centrales de la Unión Europea, tal y como se establece en el artículo 2 del Tratado de la Unión Europea. La lucha por promover estos valores debería estar en el centro de todas las elecciones europeas y nacionales. No es solo un imperativo moral, sino también una necesidad práctica para el bienestar social y económico de nuestra Unión. En los últimos años, hemos sido testigos de importantes crisis y retos sociales que han puesto en primer plano los problemas de desigualdad. Abordar estas desigualdades es crucial para construir sociedades resilientes, inclusivas y prósperas, y resonaría con la creciente preocupación del electorado europeo por la justicia social y las oportunidades justas para todos.

¿Considera que pese a esas desigualdades que todavía se mantienen se ha avanzado en los últimos años?

Aunque se han hecho progresos, aún queda mucho camino por recorrer para lograr la igualdad de género, ya que ningún Estado miembro la ha alcanzado. Así lo confirma el índice de igualdad de género publicado por el Instituto Europeo de la Igualdad de Género. Para la UE, la puntuación es de 70,2 puntos sobre 100, lo que supone un aumento de 1,6 puntos desde el índice de 2022. Por primera vez, ha habido un aumento en varios ámbitos, debido a nuestras políticas en vigor. No obstante, según el último índice, a la UE le faltan al menos 60 años para alcanzar la igualdad de género. 

¿Qué le queda por hacer entonces a la UE en esta materia?

Hemos vuelto a confirmar nuestro compromiso en nuestra Estrategia de Igualdad de Género 2020-2025, que establece el marco actual de actuación de la UE en este ámbito. Hemos adoptado una normativa para abordar las diferencias salariales entre hombres y mujeres en situaciones de trabajo igual o de igual valor. Se han hecho esfuerzos para mejorar el equilibrio entre la vida laboral y familiar de los padres que trabajan. Además, hemos fomentado la paridad de género en los consejos de administración de las empresas, como parte del objetivo de romper los techos de cristal. También se han establecido nuevas normas para reforzar las capacidades de los organismos de igualdad, potenciando su papel de asistencia a las víctimas de discriminación. Los Estados miembros deberán ahora transponer y aplicar estas directivas en su legislación nacional. Y posteriormente supervisaremos la aplicación para garantizar que se ajusta a la legislación de la UE.


Fuente: Helena Dalli, comisaria europea de Igualdad: «Ningún Estado miembro ha alcanzado todavía la igualdad de género» (20minutos.es)

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *