El BCE mantiene los tipos de interés en el 2% por segunda vez consecutiva y da por cerrado el ciclo de inflación

Lagarde confirma: «El proceso desinflacionario ha terminado. Estamos en un buen lugar». La inflación está en torno al objetivo del 2%, pero persiste la incertidumbre por las guerras y los giros en el comercio global.


El Banco Central Europeo (BCE) ha decidido este jueves mantener los tipos de interés en el 2%, tal y como se preveía. Es la segunda vez consecutiva que el Consejo de Gobierno opta por la prudencia, si bien la presidenta de la institución, Christine Lagarde, ha sido clara al dar por cerrado el ciclo de inflación en la eurozona.

«El proceso desinflacionario ha terminado y me refiero aquí a las causas de la inflación que hemos experimentado en los últimos periodos», ha dicho en la comparecencia desde Fráncfort, Alemania. «Seguimos estando en un buen lugar. La economía doméstica muestra resiliencia. El mercado laboral es sólido y los riesgos están más equilibrados». 

Lagarde ha respondido así a una pregunta sobre si ha terminado el ciclo de recortes en los tipos de interés y ha reiterado que el BCE no sigue un «camino predeterminado», sino que las medidas se toman «reunión a reunión» y en función de los datos que existen en ese momento.

Así, en esta ocasión han dejado también sin cambios los tipos sobre las operaciones principales de financiación (2,15%) y la facilidad marginal del crédito (2,4%).

El BCE bajó la tasa de facilidad de depósito al 2% en junio de este año, cuando se detuvo la senda de recortes constantes desde el otoño de 2024.

La inflación, en torno al objetivo del 2%

El BCE tiene en cuenta para sus decisiones de política monetaria que la inflación de la zona euro se está manteniendo estable en el entorno del 2% en los últimos meses, esto es, el objetivo marcado para asegurar la estabilidad económica, puesto que consideran que «una inflación demasiado baja es tan perjudicial como una inflación demasiado alta».

Sus proyecciones auguran que continuará en esta línea, como ya apuntaban en junio, con un promedio del 2,1% en 2025, el 1,7% en 2026 y el 1,9% en 2027. También estiman que la inflación subyacente (sin energía y alimentos no elaborados) se situará de media en el 2,4% en 2025, el 1,9% en 2026 y el 1,8% en 2027.

Según ha precisado Lagarde, se espera una senda descendente en la inflación de los alimentos (del 2,9 % en 2025 al 2,3 % en 2026 y 2027), mientras los precios de la energía seguirán siendo volátiles, con algo de aumento por el comienzo del sistema de comercio de emisiones de la Unión Europea (UE) en 2027. 

Además, de acuerdo con los cálculos de sus técnicos, la economía de la eurozona crecerá a un ritmo del 1,2 % este año, lo que significa una revisión al alza respecto al 0,9% previsto antes del verano. En cambio, se ha corregido a la baja la previsión de crecimiento en 2026, hasta el 1%, y se ha mantenido la de 2027 en el 1,3%.

Son noticias optimistas, dado que el crecimiento de la zona euro ha sido escaso en el segundo trimestre del año, con un aumento del 0,1% y la economía alemana sin acabar de despegar. En términos acumulativos, se ha crecido un 0,7% en la primera mitad del 2025.

Los aranceles impuestos por Donald Trump continúan siendo un nubarrón en el horizonte de la eurozona tanto en términos de crecimiento como de inflación. 

Al respecto, Lagarde ha comentado que, aunque el reciente acuerdo de los Veintisiete con Washington «ha reducido en cierta medida la incertidumbre», el impacto del «entorno político mundial solo se verá con claridad con el tiempo». Además, la volatilidad de la política comercial y la apreciación del euro pueden afectar también a la evolución de los precios.

Crisis política y de deuda en Francia

En el ámbito político, ahora el BCE seguirá también de cerca la crisis política en Francia, donde el ex primer ministro François Bayrou perdió una moción de confianza tras presentar su plan de recortes presupuestarios de 44.000 millones de euros para aliviar la deuda francesa. 

A pesar de sus reticencias a comentar sobre países en concreto, Lagarde se ha mostrado «convencida» de que los responsables políticos en Francia actuarán con seriedad para «reducir la incertidumbre en la medida de lo posible» y ha recordado que los países de la UE tiene que ceñirse a las reglas fiscales comunes.

En la víspera, el hasta ahora ministro de Defensa, Sébastien Lecornu, le ha tomado el relevo en el cargo, pero el problema de endeudamiento, déficit y crispación social sigue acechando al Ejecutivo y la prima de riesgo francesa ha escalado hasta ser la más alta de la eurozona, por delante de Italia.

Al respecto, aunque sin señalar directamente a Francia, la presidenta del BCE ha aprovechado para defender la «integridad de la información» con la que cuenta actualmente el supervisor para su toma de decisiones, lo que evita volver a situaciones como la de Grecia durante la crisis de la deuda de 2009, crisis que ha calificado de «trauma» y de «lección para todos».

Más allá de la UE, entre los riesgos que han tomado protagonismo en los últimos días está el aumento de la tensión en Oriente Medio, con ataques israelís en Qatar y Yemen, y en la guerra de Rusia en Ucrania, con la entrada de drones rusos en territorio polaco. 

«Siguen siendo una importante fuente de incertidumbre. Por el contrario, un gasto en defensa e infraestructuras superior al previsto, junto con reformas que mejoren la productividad, contribuirían al crecimiento», ha apuntado también Lagarde.

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