Una paz negociada por la UE y abiertos a ceder territorio: así opinan los ucranianos de la guerra

El numero de ucranianos que desea pactar el fin del conflicto ha crecido desde 2022 hasta ser mayoría en el país


Cuando Rusia invadió Ucrania el 24 de febrero de 2022, pocos confiaban en la capacidad de las fuerzas ucranianas para resistir frente al poder militar ruso. Sin embargo, con una media de más de 80.000 millones de euros anuales en ayuda y un frente que permanece estancado desde hace más de 15 meses, Ucrania ha logrado resistir y hoy parece que el conflicto este más cerca de una posible paz negociada, coincidiendo con su tercer aniversario.

Sin embargo, las negociaciones de paz auspiciadas por Donald Trump —que recientemente ha culpado a Ucrania de haber iniciado la guerra— están lejos de lo que los ucranianos quieren.

Aunque es cierto que la mayoría de ucranianos ya desea negociar el fin de de la guerra —el 52%, frente al 22% de 2022—, estos prefieren a la Unión Europea como mediadora en cualquier acuerdo de paz. Así lo reflejan los resultados de la encuesta de opinión que realiza anualmente Gallup, empresa estadounidense de análisis de la opinión pública y asesoría, que cuenta con clientes como el Banco Mundial o Naciones Unidas.

De acuerdo con los resultados, los países de la Unión Europea serían los actores internacionales preferidos para conducir las negociaciones de paz con Rusia, con un 70% de apoyo entre los ucranianos dispuestos a pactar el fin de la guerra. Les sigue el Reino Unido y, en tercer lugar, Estados Unidos, con un respaldo que no alcanza el 50%.

La realidad, sin embargo, ha sido muy distinta hasta el momento: el secretario de Estado estadounidense Marco Rubio se reunió el 18 de febrero en Arabia Saudí con el ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, para comenzar las negociaciones, sin contar ni con Zelenski ni con la Unión Europea.

Paz a cambio de territorios

Para la mayoría de ucranianos que desean negociar el final de la guerra, la cesión de territorios no es ya tampoco una línea roja. Aunque la mayoría sigue respaldando la recuperación total de los territorios ocupados, incluida la península de Crimea, el apoyo a esta opción ha disminuido diez puntos desde 2022.

Así, a finales de 2024 la cesión de territorios a cambio de la paz ya convencía al 52% de quienes apoyaban una salida rápida de la guerra. Sin embargo, la encuesta de Gallup no ofrece un desglose detallado, por lo que no queda claro qué regiones estarían los ucranianos dispuestos a ceder y cuáles no.

En cambio, una encuesta realizada por el Instituto Internacional de Sociología de Kiev (KIIS) sobre posibles escenarios de paz revela que la opción con mayor respaldo sería una cesión de Crimea y el Donbás a cambio de recuperar Zaporiyia y Jersón, junto con garantías de seguridad y financiación occidental.

Son datos contundentes que reflejan el cansancio de una población que ha perdido entre 60.000 y 100.000 soldados, según distintas fuentes, y que ve cómo el apoyo internacional se diluye.

La llegada de Trump y su política imperialista ha acelerado esta tendencia: no solo pretende reducir al máximo la ayuda internacional, como ha demostrado con la supresión de los fondos a la Usaid, sino que ha exigido a Ucrania la devolución de parte de los fondos recibidos. Además, planea, en compensación, cobrarse la ayuda con un pase ilimitado a los recursos mineros del país —principalmente litio y otros minerales estratégicos— necesarios para la industria tecnológica y para competir con China.

Según un borrador de acuerdo filtrado por The Telegraph el 17 de febrero, EE.UU. pretende quedarse con el 50% de los ingresos generados por la extracción de recursos en Ucrania, además de imponer otras reparaciones económicas inasumibles. Un acuerdo que, más que un pacto con un país aliado, recuerda a las condiciones impuestas a Estados enemigos derrotados tras una guerra. No es de extrañar que en Kiev haya causado pánico, justo antes de la Cumbre de Seguridad de Múnich, donde Zelenski ha instado a Europa a hacerse cargo de su propia seguridad.

La reelección de Trump y sus últimas acciones han dejado claro que el orden internacional basado en reglas y sustentado en principios morales como la responsabilidad de proteger ha quedado atrás, en favor de una nueva lógica transaccional donde el poder duro dicta las normas.

Mientras Washington negocia el futuro de Ucrania sin contar con Bruselas, la UE sigue anclada en el orden anterior, dividida y sin una política exterior conjunta que le permita tomar las riendas. Estados Unidos le ha relegado a un papel secundario: principal financiadora de la guerra y futura pagadora de la reconstrucción, pero sin influencia real en las negociaciones de paz, al menos por ahora.

De mantenerse esta situación, a Ucrania solo le quedará elegir entre quedar a merced de una futura ocupación rusa o aceptar un expolio económico impuesto por su propio aliado.


Fuente: Una paz negociada por la UE y abiertos a ceder territorio: así opinan los ucranianos de la guerra – Mapas de El Orden Mundial – EOM

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