UGT reclama a la UE que garantice el derecho al asilo y el derecho a la vida

El sindicato denuncia que el reciente Acuerdo del Consejo de la Unión Europea en materia de asilo y migración, es un paso más en la externalización de fronteras y la restricción del derecho de asilo.


Este Día Mundial de las Personas Refugiadas es inevitable recordar el naufragio de una embarcación con entre 400 y 750 personas la pasada semana en las costas de Grecia y que ha supuesto un número indeterminado de víctimas mortales, niños y niñas entre ellos.

Un suceso que nos hace preguntarnos hasta qué punto en la Unión Europea la garantía del derecho a solicitar asilo y el derecho a la vida, ambos derechos humanos, se extienden a las personas que tratan de alcanzar las fronteras exteriores de la Unión, y cómo es posible que se justifique el incumplimiento de las leyes internacionales del mar sobre búsqueda y rescate y sobre puerto seguro.

En esta conmemoración, la Unión General de Trabajadoras y Trabajadores de España quiere señalar que el reciente Acuerdo del Consejo de la Unión Europea en materia de asilo y migración, es un paso más en la externalización de fronteras y la restricción del derecho de asilo, en un mundo en el que hay más de 300 millones de personas desplazadas forzosas de sus países de origen, de las que 28 millones buscan asilo.

La posibilidad de no permitir la entrada en las fronteras exteriores de la Unión Europea a personas solicitantes de asilo que procedan de países con una tasa de concesión de refugio inferior al 20%, implica que el derecho de asilo deja de ser un derecho individual y que, estas solicitudes ni siquiera van a ser examinadas, en contra de lo establecido por la Convención de Naciones Unidas sobre el Estatuto de los Refugiados y las obligaciones del actual Reglamento de Dublín.

El sindicato quiere advertir sobre el hecho de que la impresión que se obtiene del texto del Acuerdo, es que la Unión Europea debe defenderse de unas personas que van a abusar del sistema de asilo, ahondando así en una política que tiende a contentar a los sectores más reaccionarios, y que ya se ha mostrado inútil y peligrosa para las personas solicitantes de protección internacional.

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