UGT acoge con cautela el acuerdo comercial alcanzado entre EE. UU. y la Comisión Europea

Desde UGT acogemos con mucha cautela el acuerdo alcanzado este fin de semana entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump y la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, en un marco que consideramos profundamente asimétrico y que refuerza la dependencia estratégica de Europa respecto a EE. UU.


El contenido del acuerdo, que impone unilateralmente aranceles del 15% a las exportaciones europeas, sin una contrapartida arancelaria equivalente por parte de la UE, junto con el compromiso europeo de adquirir energía —especialmente gas licuado y combustible nuclear— y equipamiento militar estadounidense, por más de 1,3 billones de dólares, supone una cesión preocupante de soberanía económica e industrial.

Este desequilibrio que algunos califican con resignación como “el mal menor”, no puede ser aceptado sin una reflexión profunda sobre el rumbo que debe tomar la Unión Europea. El acuerdo nace en un escenario de presión comercial, tras amenazas de aranceles aún mayores por parte de la administración Trump, y se ha cerrado sin una participación efectiva de los interlocutores sociales, ni una evaluación pública de su impacto económico y social.

Desde UGT reiteramos nuestra convicción de que Europa debe avanzar con urgencia hacia una autonomía estratégica real, que permita reducir su vulnerabilidad frente a decisiones unilaterales de actores externos. Esta autonomía debe construirse sobre tres pilares fundamentales:

  • Soberanía energética. Una apuesta decidida por las energías renovables, donde España puede y debe jugar un papel protagonista.
  • Capacidad tecnológica propia. Reforzar las inversiones en innovación, inteligencia artificial y digitalización, para no depender tecnológicamente de terceros países.
  • Reindustrialización y defensa europea. Políticas industriales robustas, también en el ámbito de la seguridad y la defensa, que reduzcan nuestra dependencia de los mercados exteriores.

En lo que respecta a España, UGT insta al Gobierno y a las instituciones europeas a mantenerse vigilantes para evitar cualquier efecto adverso que pudiera derivarse de este acuerdo, especialmente, sobre sectores exportadores clave como el agroalimentario (aceite de oliva, vino), la automoción, la maquinaria, el material eléctrico o la industria química y farmacéutica.

Es imprescindible diseñar una política preventiva eficaz que anticipe los impactos derivados del aumento de los aranceles —triplicados en muchos casos— sobre los productos europeos y que proteja y compense cualquier desajuste que pueda producirse en términos de competitividad, viabilidad empresarial y empleo.

Exigimos que cualquier política comercial internacional, y especialmente acuerdos de este calado, incorpore mecanismos de protección social, respeto a los derechos laborales, evaluación del impacto sobre el empleo y cláusulas vinculantes de sostenibilidad. Y, sobre todo, que se diseñe contando con la voz de los interlocutores sociales y de la ciudadanía. Porque no se trata solo de evitar más aranceles: se trata de no ceder soberanía, ni futuro, a cambio de una paz comercial temporal e incierta.

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