El sistema tributario español es menos progresivo que el resto de Europa y reduce 8 puntos menos la desigualdad

Un estudio de Funcas muestra que el tipo impositivo medio del 1% que más gana es el más bajo de toda la distribución de la renta: solo el 24% de sus ingresos, frente al 27,5% de los hogares que menos cobran.


El sistema impositivo español tiene un agujero importante justo donde más importa: en la parte alta de la pirámide. El 1% de los hogares que más ingresan paga, en relación con sus ingresos brutos, solo un 24% de lo que ganan, un porcentaje que es tres puntos y medio inferior a lo que pagan las rentas más bajas.

Los datos, correspondientes al año 2022, han sido publicados este lunes en un artículo del catedrático de la Universidad de Zaragoza, Julio López Laborda, en la revista Panorama Social que edita Funcas. El estudio, titulado La contribución de los impuestos y las prestaciones públicas a la reducción de la desigualdad, evidencia el camino que aún le queda por recorrer al sistema fiscal español para equipararse en progresividad –que pague más quien más gana– a los pares europeos, en tanto que el Estado es capaz de corregir un 32,5% de las diferencias, frente al 40% de media en nuestro entorno.

El estudio divide en cinco partes iguales a los hogares en función de sus rentas: el primero recoge al 20% de las personas con los ingresos más bajos y el quinto, al que más gana. El tipo medio de los impuestos que pagan los hogares más humildes es el 27,52%, siendo las cotizaciones y los impuestos indirectos como el IVA los tributos que más los gravan. Esta distribución se explica por varias razones. En esta porción de las rentas se concentran beneficios fiscales como las exenciones hasta el salario mínimo interprofesional (SMI), por lo que el IRPF pesa menos. Y a su vez, al ser hogares muy centrados en el consumo, el IVA predomina. Como se ve en el gráfico bajo estas líneas, este es un impuesto muy regresivo, al no tener en cuenta los niveles de renta, por lo que presiona más a los hogares de ingresos más bajos.

El tipo impositivo medio aumenta conforme se incrementan los ingresos hasta el quintil 4, donde se concentran aquellos hogares con ingresos en la parte media-alta de la tabla, entre un 60% y un 80% del resto. Estos pagan un 37% de su renta bruta, sobre todo en cotizaciones sociales y con el IRPF y el IVA teniendo un peso menor.

Pero, cuando se entra en el tramo más alto de la tabla, se produce el fenómeno contrario. “Llamativamente, los hogares pertenecientes al 1% más rico soportan la carga tributaria relativa más reducida de toda la escala de renta. Este cambio en la evolución de los tipos medios efectivos, primero crecientes y luego decrecientes, se explica, fundamentalmente, por un lado, por el elevado peso que tienen en la renta bruta total de los hogares más ricos las rentas de capital y la fiscalidad más reducida de estas rentas; y, por otra parte, por la fuerte regresividad de la imposición indirecta”, dice el catedrático López Laborda.

Es decir, gran parte de los hogares más adinerados reciben renta de dividendos o participaciones empresariales, que tienen un tratamiento más ventajoso que las rentas del trabajo (esto es, las nóminas). A eso se suma que un IVA del 21% (el tipo general), pesa menos en hogares con mayores ingresos que en aquellos de rentas más bajas, que solo pueden hacer frente a una cesta más básica de consumo.

Esta menor presión fiscal en los tramos más elevados se traduce, también, en una falta de progresividad cuando se introducen las prestaciones de servicios públicos, donde se incluyen ayudas monetarias (pensiones o becas, por ejemplo) o en especie (es decir, sanidad y educación, fundamentalmente), que se perciben indistintamente de los ingresos.

La progresividad se quiebra en la parte más alta de la pirámide y el 1% más rico contribuye notablemente menos que aquellos entre el 2% y el 10% de más ingresos. Al otro lado, el 60% de los hogares de menores ingresos son “beneficiarios netos” de la intervención pública, como se ve sobre estas líneas.

“Este último resultado está revelando que el saldo neto de la intervención pública en España deja de ser progresivo en la parte superior de la escala de rentas brutas, como consecuencia del comportamiento ya identificado de los impuestos”, dice el experto.

La presión fiscal en España es inferior a la media europea

En términos agregados, la intervención pública reduce un 32,5% la desigualdad. Solo el 2,5% se debe a los impuestos. La media europea es de una reducción del 40% y el 10% de esta corresponde a la imposición.

“El sistema fiscal español es menos progresivo que el de la mayoría de los países de la UE para los que se dispone de información comparable. Si a eso añadimos que la presión fiscal en España es también inferior, el resultado es que nuestro sistema fiscal tiene un efecto redistributivo más reducido que aquellos países”, apunta el experto.

La progresividad del sistema tributario es una pieza clave de la Constitución, reconocida en el artículo 31: “Todos contribuirán al sostenimiento de los gastos públicos de acuerdo con su capacidad económica mediante un sistema tributario justo inspirado en los principios de igualdad y progresividad que, en ningún caso, tendrá alcance confiscatorio”. A la vista de los datos, aún queda recorrido.


Fuente: El sistema tributario español es menos progresivo que el resto de Europa y reduce 8 puntos menos la desigualdad

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *