El Parlamento Europeo debe aprovechar el momento para actuar contra la corrupción

Un mes después de las acusaciones e imputaciones contra algunos eurodiputados, el Parlamento hizo balance de los acontecimientos y exigió medidas concretas para acabar con las lagunas legales.

Al abrir el debate en nombre de la Comisión Europea, la Comisaria Ylva Johansson denunció a los «pocos que han puesto en peligro el buen trabajo de tantos». Más transparencia y responsabilidad no bastan para luchar contra la corrupción, que debe combatirse con todo el peso de la ley, añadió. A continuación anunció que, en breve, la Comisión presentará una nueva ley para penalizar todas las formas de corrupción, con definiciones y penas unificadas en toda la UE y las herramientas necesarias para la policía y los tribunales. También se está preparando un segundo conjunto de medidas, el «paquete de defensa de la democracia», añadió la Comisaria.

Los eurodiputados que tomaron la palabra en nombre de los grupos políticos expresaron su continuo enfado, vergüenza y conmoción ante las acusaciones de corrupción, y los oradores de una amplia mayoría lamentaron que las acciones de unos pocos individuos ensombrezcan la Cámara que representa a todos los europeos.

Reiterando que la democracia no está en venta y que se necesitan reformas urgentes para protegerla de la corrupción y las injerencias extranjeras, el debate giró en torno a propuestas concretas sobre el camino a seguir, entre ellas:

  • la creación de un comité dedicado al asunto en cuestión;
  • hacer totalmente obligatorio el Registro de Transparencia de la UE;
  • creación de un Organismo de Ética Independiente para las instituciones de la UE;
  • mejorar las normas relativas a la denuncia de irregularidades;
  • mejorar la aplicación de las normas existentes; y
  • tener plenamente en cuenta las aportaciones de los dos comités especiales sobre injerencias extranjeras (INGE e ING2).

La mayoría de los eurodiputados coincidieron en que el fomento de la transparencia y la rendición de cuentas sólo puede hacerse abierta y públicamente, y asumiendo responsabilidades cuando sea necesario, para recuperar la confianza de los ciudadanos. Muchos señalaron que no es cuestión de qué país está en el punto de mira en ese momento por intentar interferir en la democracia europea, sino que la UE y el Parlamento en particular necesitan protegerse de tales intentos.

Algunos se refirieron a la percepción de una cultura de impunidad y a los efectos adversos de los grupos de presión, y se quejaron de que los ingresos adicionales de los eurodiputados y la forma en que se gastan sus dietas no se controlan lo suficiente. Unos pocos expresaron dudas sobre si las estructuras políticas existentes son capaces de abordar estas cuestiones, mientras que otros consideraron que el Parlamento ha reaccionado con notable determinación para abordar el problema.

Puede volver a ver el debate completo aquí.

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