El ultraderechista Karol Nawrocki gana por la mínima en las elecciones presidenciales polacas

El resultado es una mala noticia para el primer ministro polaco, Donald Tusk, que tendrá que hacer frente a lo que se espera que sea una nueva prolongación de bloqueos en el Parlamento.


El conservador Karol Nawrocki ha ganado la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de este domingo en Polonia con el 50,89% de los votos, frente al 49,11% de su rival, el liberal Rafal Trzaskowski. Según el resultado final publicado por la Comisión Nacional Electoral, con el 100% escrutado, Nawrocki, apoyado por el principal partido de la oposición, el ultraconservador Ley y Justicia (PiS), ha logrado 10.606.682 votos, mientras que Trzaskowski, alcalde de Varsovia y respaldado por la coalición gubernamental del primer ministro Donald Tusk, logró 10.237.177.

La diferencia, un 1,78%, es mínima, pero supone el segundo golpe en unas presidenciales para el aspirante liberal y proeuropeo, que perdió en 2020 con una diferencia del 2,06% contra el actual presidente de Polonia, Andrzej Duda. El trago es especialmente amargo porque en los sondeos a pie de urna nada más cerrar los colegios electorales, dos empresas demoscópicas habían otorgado a Trzaskowski una ventaja mínima sobre su rival nacionalista. Dos horas después, en un informe ya más detallado, ya señalaban a Nawrocki como ganador, aunque por la mínima.

Tampoco son buenas noticias para el primer ministro polaco, Donald Tusk, que tendrá que hacer frente a lo que se espera que sea una nueva prolongación de bloqueos en el Parlamento. De esta forma, se alargaría la difícil ‘convivencia’ que ha vivido su Ejecutivo con la presidencia de Andrzej Duda. El presidente en Polonia tiene poder de veto sobre leyes aprobadas por el Legislativo y, para anularlo, se necesita una mayoría cualificada de tres quintos en la Cámara Baja (Sejm), algo que la coalición de Tusk no siempre puede reunir.

Nawrocki, de 41 años, ha defendido una agenda radicalmente opuesta a la postura europeísta y progresista de Trzaskowski. Defensor de retirarse del Pacto Migratorio europeo, el único punto de consenso donde se encontraban Trzaskowski y Nawrocki era en la guerra en Ucrania. Ambos respaldan firmemente a Kiev frente a la invasión rusa. Un apoyo que, por otro lado, no sorprende al ser un país que comparte frontera con Rusia y Ucrania.

Aun así, en su campaña electoral, Nawrocki, lanzó varios dardos al gobierno ucraniano de Volodímir Zelenski. Por una parte, criticó su «falta de cooperación» en la exhumación de los restos de los polacos asesinados en la «masacre de Volinia», en la Segunda Guerra Mundial. Aprovechó, además, para defender a capa y espada a los agricultores polacos frente a «la competencia desleal» que considera que están llevando a cabo los agricultores ucranianos.

 La victoria relevará al presidente saliente, Andrzej Duda, quien agota en agosto los dos mandatos consecutivos que permite la Constitución. El desenlace de estos comicios tiene profundas implicaciones para el panorama político polaco, ya que una victoria de Trzaskowski, de 53 años, hubiera facilitado al Gobierno la implementación de su agenda reformista.

Aun así, en su campaña electoral, Nawrocki, lanzó varios dardos a Kiev. Por una parte, criticó su «falta de cooperación» en la exhumación de los restos de los polacos asesinados en la «masacre de Volinia», en la Segunda Guerra Mundial. Aprovechó, además, para defender a capa y espada a los agricultores polacos frente a «la competencia desleal» que considera que están llevando a cabo los agricultores ucranianos.

La victoria relevará al presidente saliente, Andrzej Duda, quien agota en agosto los dos mandatos consecutivos que permite la Constitución. El desenlace de estos comicios tiene profundas implicaciones para el panorama político polaco, ya que una victoria de Trzaskowski, de 53 años, hubiera facilitado al Gobierno la implementación de su agenda reformista.

La lucha por el acercamiento a la UE

Por otro lado, la derrota de Rafał Trzaskowski pone punto final a un ciclo electoral que comenzó con el regreso de Donald Tusk al poder en 2023 como primer ministro, marcando el fin de ocho años de gobierno del partido nacionalista. Tusk esperaba acabar con el bloqueo institucional que el conservador ha impuesto sistemáticamente a su gobierno al vetar en más de una veintena de ocasiones sus proyectos de ley.

En estos comicios Polonia se jugaba el acercamiento —o no— a la Unión Europea tras los vetos impuestos por la presidencia de Duda. Algunos de estos —y los más representativos— tienen que ver con la reforma judicial aprobada durante la legislatura del PiS que, de acuerdo con la UE, pone en duda la independencia del sistema judicial, socavando, de esta forma, el Estado de derecho. En materia social, el PiS también ha boicoteado la medida impulsada por Tusk para despenalizar el aborto en el país, que cuenta, junto con Malta, con algunas de las leyes del aborto más restrictivas en la Unión Europea. 

El PiS también lideró una iniciativa para que las ciudades y municipios polacos se declararan zonas «libres de ideología LGBT» e impulsó un control a los medios de comunicación estatales. Esto, sumado a la reforma judicial, supuso que en 2017 la Comisión Europea activara por primera vez el artículo 7 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea, una medida dirigida a sancionar a Estados miembros que violan los valores fundamentales de la UE.

Pese a todo, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, optó por el optimismo ante el nuevo escenario político en Varsovia y expresó su confianza en que la cooperación entre Bruselas y Polonia seguirá siendo “muy buena”. “Somos más fuertes juntos, en nuestra comunidad de paz, democracia y valores”, escribió en redes sociales en su mensaje de felicitación a Nawrocki.


Fuente: El ultraderechista Karol Nawrocki gana por la mínima en las elecciones presidenciales polacas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *