El mapa de los trenes en Europa

La Red Transeuropea de Ferrocarril tiene más de 200.000 km e incluye tanto los servicios de alta velocidad como los convencionales.


Europa tiene la mayor red ferroviaria del mundo. Chequia, Bélgica y Alemania son los países con mayor densidad de red y España ocupa el segundo lugar de los países con más trenes de alta velocidad, sólo por detrás de China. Sin embargo, más trenes no significa mejores conexiones. La red ferroviaria española, por ejemplo, es muy extensa pero su organización centralizada limita las conexiones entre las periferias.

Pese a esto, los datos demuestran el fuerte desarrollo y la importancia de este sector en la industria europea del transporte. En total, la Red Transeuropea de Ferrocarril supera los 200.000 kilómetros de longitud y está compuesta por dos servicios, el de alta velocidad y el convencional. Al mismo tiempo, la red del ferrocarril forma parte de las Redes Transeuropeas de Transporte (RTE-T), que buscan facilitar la comunicación de personas y el movimiento de bienes dentro de la Unión Europea.

La RTE-T se centra principalmente en los estados miembros de la UE pero también ha extendido el proyecto a otros países como Armenia, Azerbaiyán, Moldavia, Ucrania o Georgia. La UE ha frenado los proyectos que mantenía con Rusia y Bielorrusia, que también formaban parte de la RTE-T, como respuesta a la invasión rusa de Ucrania. A cambio pretende reforzar las relaciones con Ucrania y Moldavia.

El fomento del transporte ferroviario es una estrategia central en la Unión Europea para limitar las emisiones contaminantes y luchar contra el cambio climático. Además, su capacidad permite trasladar grandes cantidades de mercancías y personas, convirtiéndolo en un transporte eficiente y sostenible. La UE lleva años fomentando los trayectos en tren, financiando infraestructuras y dando a conocer las ventajas del transporte ferroviario. La iniciativa más conocida es el Interrail, que además incentiva el turismo y el sentimiento de pertenencia europeo entre los jóvenes.

Para crear una red de transporte transeuropea integrada, el Parlamento Europeo insistió en unas instalaciones ferroviarias que permitan conexiones con el transporte por carretera y, cuando fuera posible, con rutas marítimas. Además, indicó que se debía ofrecer una mayor conexión entre las redes ferroviarias y los aeropuertos de la región. El objetivo de la UE no es únicamente fomentar el transporte ferroviario sino convertirlo, en un actor principal en el transporte intermodal del continente.

La Red Transeuropea de Ferrocarril abarca todo el continente, aunque no de forma homogénea. La principal diferencia es la disponibilidad de redes de trenes de alta velocidad en Europa, que están muy desarrolladas en el centro y sur del continente, mientras que en los países del este las opciones de viajar en este tipo de trenes son escasas. Sin embargo, ya están en construcción nuevas redes de alta velocidad como la que unirá entre sí los países bálticos, así como con otros países del continente como Francia. El proyecto, denominado Rail Balticasolucionará la desconexión que sufren estos países debido a la diferencia en su ancho de vía. 

Precisamente el ancho de vía es una característica que comparten los países con pasado soviético y que actualmente supone una obstáculo en el transporte del continente ya que obliga a los pasajeros a hacer un trasbordo para continuar su ruta. Este nuevo gran proyecto eliminará estas limitaciones y permitirá realizar el trayecto entre Tallín y Riga en menos de cuatro horas.  La decisión de construir esta nueva red ferroviaria no es únicamente una decisión importante a nivel de comunicaciones y conexiones con el continente, también tiene una importancia geopolítica. La invasión rusa de Ucrania ha aumentado el temor del resto de sus vecinos y crear un nexo fuerte con el continente aumenta su sensación de seguridad.

Otras líneas de alta velocidad que se prevén son rutas internas en países como Grecia o Polonia o el proyecto que uniría las capitales de Hungría  y Rumanía. Este último se ha planteado y debatido en los últimos años, pero por el momento se desconoce la posible fecha de inauguración de la línea. Dentro de la heterogeneidad característica de la red europea ferroviaria también destaca la gran conexión existente entre los países de Centroeuropa. El fomento de un transporte sostenible por parte de los países y la estandarización de las características de sus vías les han permitido mantener una fuerte conexión dentro de la región. De hecho, los cuatro países con mayor densidad ferroviaria del mundo se encuentran en Europa central: Chequia, Bélgica, Alemania y Países Bajos. 

A diferencia de la zona centro del continente, la red ferroviaria de la península ibérica destaca por su escasa conexión con terceros países e incluso dentro de su propio territorio. De hecho, actualmente no es posible viajar en tren directo desde Madrid a Lisboa, si bien existió un tren nocturno que permitía realizar el trayecto hasta 2020. Ahora,  los gobiernos de ambos países quieren iniciar un proyecto en 2027 para unir ambas capitales con un tren de alta velocidad. 

Durante años se ha utilizado la diferencia en el ancho de vía, ya que España no opera con la medida estándar, como argumento de la escasa conexión de la red ferroviaria española. No fue hasta 2013 que se inauguró la primera línea entre Barcelona y París. Desde entonces la oferta de conexiones sólo ha aumentado en dos nuevos trayectos: Barcelona-Lyon y Barcelona-Marsella.

Otra gran diferencia entre los países ibéricos y los del centro de Europa es la disponibilidad de trenes nocturnos. En los años ochenta, en España, se llegaron a alcanzar los 76 trayectos diarios. Sin embargo, actualmente no hay ninguna posibilidad de viajar de noche en tren ya que el último trayecto de este tipo se suspendió en 2020, a raíz de la pandemia de la Covid-19.


Fuente: El mapa de los trenes en Europa – Mapas de El Orden Mundial – EOM

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *