UGT felicita al pueblo polaco por un resultado electoral que puede suponer una oportunidad de avance y progreso

El sindicato considera que el cambio de Gobierno en Polonia favorecerá el avance conjunto de las trabajadoras y trabajadores en Europa


El pasado domingo, 15 de octubre, tenían lugar elecciones generales en Polonia, el quinto país más grande de la Unión Europea, cuya Presidencia del Consejo ejercerá a inicios de 2025, con una importantísima situación geopolítica de especial relevancia en estos momentos por la guerra en Ucrania y sus fronteras con Rusia y Bielorrusia.

Unas elecciones que, tanto por el peso de Polonia en la UE como por la particular política que décadas de gobiernos del partido ultraderechista y de marcada ideológica católica Ley y Justicia -PiS-, tienen especial relevancia a nivel internacional.

Con un índice de participación del 73% -el mayor desde la época comunista-, la sociedad polaca ha apostado por el cambio y la Coalición Cívica (CO), liderada por el expresidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, tiene opciones para hacerse con la mayoría parlamentaria el próximo mes de diciembre si formase coalición con el centro-derecha y Nueva Izquierda.

La derrota del PiS, que ha venido legislando y haciendo bandera de políticas contra los y las trabajadoras, contra las mujeres y personas migrantes y LGTBI y, con frecuencia, del antieuropeismo populista más rancio del continente, es una buena noticia para las y los polacos, pero también para el conjunto de la UE que, de conformarse el nuevo gobierno de coalición, tendría en Polonia una aliada y un ejecutivo disruptivo que con frecuencia hacía de la misoginia y del retroceso sus señas de identidad.

La derrota de la ultraderecha siempre es una buena noticia

La Unión General de Trabajadoras y Trabajadores felicita al pueblo polaco por el resultado de las elecciones y por la oportunidad de avance y progreso que tienen por delante tras demasiados años de políticas contra la mayoría social que compone el país.

A juicio de UGT, el resultado de los comicios es una buena noticia para la UE en otro sentido: tras las españolas, las polacas han sido las elecciones en un Estado miembro en el que la ultraderecha ha perdido. Se abre así una oportunidad para la cooperación entre Estados que apueste por el avance conjunto de las trabajadoras y trabajadores en Europa. Polonia merece ser parte del motor de construcción de progreso en la Europa social dentro y fuera de sus fronteras y no un escaparate de políticas ultra que han supuesto una crisis del Estado de Derecho y los derechos fundamentales en aquel país.

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