Los sindicatos europeos cargan contra las injerencias de Musk

Esther Lynch, Secretaria General de la Confederación Europea de Sindicatos, pide que se «cuestionen» las opiniones «extremas» de Musk contra los trabajadores.


La firme oposición del multimillonario Elon Musk a los sindicatos y su creciente influencia entre los líderes empresariales europeos suponen una grave amenaza para los trabajadores de la UE y un grave perjuicio para la economía del bloque en general, asegura Esther Lynch, Secretaria General de la Confederación Europea de Sindicatos.

Lynch comentó el miércoles en Bruselas que las opiniones políticas y económicas «extremas» del hombre más rico del mundo deben ser «cuestionadas activamente» para evitar que se normalicen en Europa.

Por otra parte, Lynch expresó su preocupación por los estrechos vínculos de Musk con el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, y advirtió de que los directores ejecutivos de empresas europeas podrían tratar de copiar las prácticas empresariales «antisindicales» del propietario de Tesla en los próximos años.

«Es especialmente preocupante el papel que desempeñará Musk [en la próxima administración estadounidense], dado su declarado rechazo al modelo europeo», dijo Lynch, cuya organización representa a 45 millones de trabajadores europeos.

«Mi temor es que otros consejeros delegados consideren que es algo que deben emular en Europa», añadió.

«El temor es que, a menos que se cuestionen activamente sus ideas, se consideren normales y corrientes. No lo son. Son extremas y socavarán la competitividad europea», alertó.

Musk, que codirigirá un nuevo «Departamento de Eficiencia Gubernamental» (DOGE) en la segunda administración de Trump, se ha convertido en los últimos meses en un defensor cada vez más firme de las causas de extrema derecha, y ha reforzado su relación con la primera ministra italiana Giorgia Meloni, el argentino Javier Milei y -más recientemente- con la líder de la formación ultra Alternativa para Alemania (AfD), Alice Weidel.

El magnate de la tecnología también ha criticado abiertamente los derechos de negociación colectiva. Tesla lleva meses enfrentada a los sindicatos por las condiciones laborales en una fábrica de coches eléctricos en Suecia. Musk calificó de «locura» la decisión de los trabajadores de ir a la huelga.

«No estoy de acuerdo con que existan sindicatos», dijo Musk en una entrevista en 2023. «Creo que los sindicatos, naturalmente, tratan de crear negatividad en una empresa y crear una especie de situación de ‘señores y campesinos'», subrayó.

Las opiniones antisindicales del autoproclamado «primer colega» del presidente entrante parecen haber calado en Trump, que el año pasado elogió la práctica de Musk de despedir a empleados en huelga, en un debate en directo organizado en la plataforma de redes sociales X, de Musk.

En alusión a los comentarios de Musk sobre los «campesinos», Lynch se mostró tajante.

«Esa no es la forma correcta de enfocar las cosas. No es así como abordamos las cosas en Europa. No es así como hemos tenido éxito en el pasado, y no es así como podemos tener éxito en el futuro», dijo.

«Los sindicatos son una fuerza para la competitividad, a diferencia de lo que dicen Musk y todos sus hermanos tecnológicos», añadió.

La culpa es del sector privado

Las declaraciones de Lynch se producen en un momento de caída de las tasas de afiliación sindical en toda Europa y de creciente inquietud por el estado de la economía europea, que el año pasado creció aproximadamente un tercio menos que la estadounidense.

Según la CES, la UE ha perdido casi un millón de puestos de trabajo en el sector manufacturero desde 2019, mientras que los salarios medios reales cayeron en 2022 y 2023.

Lynch se mostró de acuerdo con la valoración de los responsables políticos de la UE de que el malestar económico de Europa se debe principalmente a la falta de inversión, y señaló que los 800.000 millones de euros de financiación anual adicional propuestos por el ex primer ministro italiano Mario Draghi es «probablemente una cifra conservadora».

Sin embargo, rebatió el creciente consenso en torno a la idea de que la falta de inversión se debe a un «exceso de regulación», argumentando en su lugar que se debe a que las empresas privadas deciden recomprar acciones y repartir dividendos en lugar de invertir en investigación y desarrollo.

«Preferiríamos que el sistema político desafiara más a los defensores de las empresas, sobre todo en lo que respecta a su visión de que lo que frena a Europa es un conjunto de normas», afirmó.

«Sabemos que la inversión ha bajado. Sabemos que los dividendos han subido. Está claro que las empresas han tomado decisiones», añadió.

¿Un fiasco fiscal?

Además de distanciarse de Musk -que ha prometido recortar 2 billones de dólares del presupuesto federal estadounidense, 200.000 millones más que el total de sus fondos discrecionales-, Lynch afirmó que las políticas de «austeridad» de la UE acabarán fracasando a la hora de reactivar su tambaleante economía.

Por otro lado subrayó que las necesidades de inversión de Europa sólo podrán satisfacerse si finalmente se suprimen sus controvertidas nuevas normas fiscales, que imponen límites estrictos al gasto público.

«Es difícil ver una correspondencia entre esas normas y lo que hay que hacer para que Europa salga adelante», advirtió.

Sin embargo, Lynch expresó su confianza en que finalmente se deroguen, al tiempo que señaló que los principales Estados miembros de la UE, entre ellos Italia y Francia, no las cumplen actualmente.

«Estoy convencida de que habrá que revisar las normas, o simplemente no se cumplirán«, señaló.

Por otra parte, la líder sindical criticó el enfoque global de la Comisión sobre la «competitividad», argumentando que debería centrarse más en proporcionar a los trabajadores «empleos de calidad».


Fuente: Los sindicatos europeos cargan contra las injerencias de Musk – Euractiv ES

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