Los interlocutores sociales sectoriales de la UE unen fuerzas para combatir la violencia y el acoso

En un logro significativo para el diálogo social multisectorial, los sindicatos y las organizaciones patronales de cinco sectores han firmado unas directrices para prevenir y combatir la violencia y el acoso relacionados con el trabajo.


Estas directrices actualizan las directrices existentes que datan de 2010, en particular ampliando su ámbito de aplicación para incluir la ciberviolencia y subrayando los principios de igualdad de género y lucha contra la discriminación.

Las directrices abordan la violencia y el acoso por parte de terceros relacionados con el trabajo, es decir, la violencia y el acoso perpetrados por clientes, pacientes, usuarios de servicios, estudiantes o padres, miembros del público u otros proveedores de servicios, y se diferencian de la violencia perpetrada por compañeros de trabajo o empleadores.

Las Directrices fueron firmadas en la reunión del Foro de Enlace presidida por la Comisión Europea el 6 de mayo de 2025 por los interlocutores sociales que representan a los empleadores y los trabajadores en:

  • administraciones centrales
  • administraciones locales y regionales
  • hospitales
  • educación
  • HORECA (hoteles, restaurantes y cafeterías)

Estos sectores económicos están especialmente expuestos a la violencia y el acoso por parte de terceros. En conjunto, emplean a más de 50 millones de trabajadores en toda la UE que pueden beneficiarse de la aplicación de las Directrices.

El documento establece medidas prácticas que los empleadores y los trabajadores pueden adoptar conjuntamente para hacer frente a la violencia y el acoso por parte de terceros relacionados con el trabajo. En estas Directrices, los interlocutores sociales reiteran su compromiso con una política de tolerancia cero frente a la violencia y el acoso por parte de terceros en el trabajo y hacen hincapié en la necesidad de adoptar un enfoque que tenga en cuenta las cuestiones de género y sea intersectorial. Subrayan la importancia del diálogo social en el diseño y la aplicación de políticas para prevenir y mitigar las consecuencias de este problema.

Los firmantes de las Directrices actualizadas subrayan que la violencia y el acoso por parte de terceros en el trabajo tienen graves consecuencias para la salud, la dignidad y la confianza de los trabajadores. La violencia y el acoso por parte de terceros socavan el entorno de trabajo, la moral del personal, el atractivo de los puestos de trabajo y la retención de los trabajadores. También pueden crear un entorno inseguro para el público y los usuarios de los servicios y tener un amplio impacto social negativo.

Medidas clave

Aunque no son jurídicamente vinculantes, las Directrices proporcionan orientaciones fundamentales sobre cómo aplicar políticas y procedimientos eficaces en consulta con los trabajadores y sus representantes sindicales. Algunas de las medidas clave introducidas son

  • mejorar la identificación de los riesgos: la identificación de los riesgos es fundamental para fundamentar mejor las estrategias de prevención en el trabajo. Deben utilizarse evaluaciones de los riesgos para la seguridad y la salud en el trabajo (SST) a fin de determinar los riesgos relacionados con el sector y las diferentes ocupaciones y elaborar medidas preventivas y reactivas adecuadas
  • procedimientos de denuncia y respuesta: deben existir canales accesibles, confidenciales y seguros para que los trabajadores puedan denunciar los incidentes de violencia por parte de terceros a sus superiores jerárquicos, con la garantía de que se preservará su anonimato.
  • apoyo a las víctimas: los trabajadores afectados deben tener acceso a servicios de apoyo adecuados que les permitan hacer frente a las consecuencias de la violencia y el acoso por parte de terceros en el trabajo
  • formación y sensibilización: la formación continua de los empleadores y los trabajadores para reconocer, prevenir y gestionar la violencia y el acoso por parte de terceros relacionados con el trabajo contribuye a fomentar una cultura de tolerancia cero en el lugar de trabajo y a que los trabajadores comprendan mejor sus derechos y los procedimientos de denuncia existentes

Los casos de violencia y acoso por parte de terceros en el trabajo se han intensificado, especialmente durante y después de la pandemia de COVID-19. Los datos de Eurofound muestran que el 12,5 % de los trabajadores de la UE han sufrido algún tipo de comportamiento social adverso, entre cuyos factores causales figuran el aumento de la digitalización, la escasez de mano de obra y de competencias, que da lugar a la falta de personal, y la violencia de género.

La proporción de mujeres que sufren comportamientos sociales adversos en el trabajo es superior a la de los hombres, y la diferencia más significativa se observa en las denuncias de atención sexual no deseada, donde las mujeres (3 %) son más propensas a verse afectadas que los hombres (1 %). Además, las mujeres de entre 16 y 24 años son más propensas a denunciar atención sexual no deseada, ya que son objeto de ella de manera desproporcionada (8 %).

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