La renta mínima es necesaria para ayudar a las personas a salir de la pobreza y reincorporarse al mercado laboral

La Comisión ha pedido a los Estados miembros que modernicen sus regímenes de renta mínima como parte del compromiso actual de reducir la pobreza y la exclusión social en Europa. En la propuesta de Recomendación del Consejo sobre una renta mínima que procure la inclusión activa, se establece la manera en la que los Estados miembros pueden modernizar sus regímenes de renta mínima para hacerlos más eficaces, de modo que saquen a las personas de la pobreza y se promueva al mismo tiempo la integración en el mercado laboral de aquellos que pueden trabajar.

La propuesta contribuirá a alcanzar los objetivos sociales de la UE para 2030 de reducir el número de personas en riesgo de pobreza o exclusión en al menos 15 millones de personas, tal como se establece en el Plan de Acción del pilar europeo de derechos sociales. También ayudará a los Estados miembros a alcanzar el objetivo de que tenga empleo al menos el 78 % de la población de entre 20 y 64 años.

La propuesta de Recomendación del Consejo que se ha presentado ofrece orientaciones claras a los Estados miembros sobre cómo garantizar que sus regímenes de renta mínima sean eficaces para luchar contra la pobreza y promover la inclusión activa en la sociedad y en los mercados de trabajo:

• Trabajando para que las ayudas a la renta sean más adecuadas;
• Mejorando la cobertura de la renta mínima y su percepción por parte de los beneficiarios potenciales;
• Mejorando el acceso a mercados laborales inclusivos;
• Facilitando el acceso a los servicios esenciales y de capacitación;
• Ofreciendo un apoyo personalizado; y
• Aumentando la eficacia de la gobernanza de las redes de seguridad social en la UE y a escala nacional, regional y local.

Con más de una de cada cinco personas en la UE ya en riesgo de pobreza o exclusión social y una inflación desbocada, desde UGT solicitamos a los Estados miembros que adopten urgentemente la Recomendación de la Comisión sobre los ingresos mínimos, ya que si no se mantiene el poder adquisitivo de los que tienen las rentas más bajas, la creciente desigualdad de la última década pasará de ser una brecha a un abismo social.

Si bien esta recomendación contiene muchas sugerencias positivas no propone cómo garantizar la adecuación de los ingresos mínimos, ni aborda la regulación de las prestaciones laborales para evitar el riesgo de subvencionar a empresas que pagan salarios muy bajos, y por ello consideramos la misma que debe ir acompañada de la adopción y plena aplicación de la directiva sobre salarios mínimos.