Cinco cosas que aprendimos de la cumbre de la UE en Copenhague

Desde proponer un «muro de drones» hasta utilizar activos congelados, la agenda era larga y detallada. Los resultados, no tanto.


Los líderes de la Unión Europea pasaron un día en la capital danesa debatiendo cómo reforzar la seguridad del continente.

«Estamos preocupados, yo estoy muy preocupado, y ahora es el momento de actuar», declaró el primer ministro finlandés, Petteri Orpo, a POLITICO al margen de la cumbre.

Las cosas no salieron según lo previsto, con muchas conversaciones pero pocos resultados. Los líderes no están menos preocupados que antes.

Esto es lo que ocurrió:

1. Los activos congelados permanecen en el congelador, por ahora

Los países de la UE no estaban dispuestos a respaldar el plan de la Comisión Europea de utilizar los activos rusos congelados para financiar un préstamo a Ucrania.

La Comisión quiere ofrecer a Ucrania un préstamo de 140 000 millones de euros, canjeando el dinero ruso sancionado de los activos vencidos por un contrato de deuda a medida con Euroclear, la institución financiera con sede en Bélgica que custodia los depósitos. Los funcionarios de la UE consideran que se trata de una solución inteligente para evitar su expropiación, lo que podría infringir el derecho internacional.

Una de las razones por las que no se llegó a un acuerdo en Copenhague es que algunos países, especialmente Bélgica, necesitan garantías de que el plan es legalmente válido.

El primer ministro belga, Bart De Wever, fue el más cauteloso, ya que su país sería el más afectado por cualquier acción legal de Rusia.

Tras la cumbre, la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, intentó tranquilizar a Bélgica y a otros países reacios asegurándoles que, según su plan, los activos no serían confiscados y que «los riesgos deben repartirse entre más países».

Pero eso no fue suficiente, al menos por ahora. La próxima cumbre, que se celebrará a finales de este mes, podría ser «el día de la decisión», según afirmó el presidente del Consejo Europeo, António Costa.

2. Los líderes dicen a la Comisión: seguimos a cargo de la defensa

Las dos horas previstas para hablar de la defensa común acabaron durando el doble.

Aunque los países acogieron en general con satisfacción las propuestas de la Comisión, los líderes insistieron en tener más voz.

Dada la necesidad de seguir debatiendo, las reuniones entre los 27 ministros de Defensa del bloque y la máxima representante diplomática de la UE, Kaja Kallas, serán más frecuentes, según afirmó un funcionario de la UE con conocimiento de los procedimientos de la cumbre.

La UE aún tiene que ultimar los detalles del llamado «muro de drones», sobre el que no se llegó a un acuerdo el miércoles. Se tratará de «un sistema antidrones capaz de detectar, interceptar y, por supuesto, si es necesario, neutralizar rápidamente», afirmó von der Leyen.

Las potencias europeas, Francia y Alemania, expresaron su escepticismo sobre un muro antir drones gestionado por la Comisión, mientras que los países del sur presionan por un concepto más amplio que también proteja sus fronteras.

3. Merz no logró establecer la agenda

El canciller alemán, Friedrich Merz, acudió a la cumbre con la intención de hablar sobre la competitividad, pero fracasó.

«Tendremos dos temas importantes que debatir: en primer lugar, la competitividad de la industria europea y el alto, demasiado alto, nivel de regulación en Europa», declaró Merz a los periodistas a su llegada a Copenhague. «En segundo lugar, lamentablemente, tendremos que volver a hablar de la guerra contra Ucrania».

Parecía que Merz no se había molestado en leer el programa oficial, que incluía una sesión sobre defensa y otra sobre Ucrania. Sin embargo, los funcionarios de la cumbre no se hicieron ilusiones, ya que su mensaje estaba dirigido al público nacional. El líder alemán está sometido a una presión cada vez mayor para reformar la mayor economía de la UE y cumplir con las reformas radicales y el rápido cambio de rumbo en los que basó su campaña electoral.

4. Las citas reales prevalecen sobre todo lo demás

El punto final de la cumbre de Copenhague vino dictado por una invitación a cenar. La familia real danesa invitó a los líderes de la UE a cenar a las 19:00 en punto.

Esa cita añadió la presión de una fecha límite. Pero la sesión sobre seguridad y defensa duró cuatro horas, el doble de lo previsto, porque los líderes se salieron de los temas de debate preparados y dieron respuestas improvisadas. Costa, que presidió la reunión, no se atrevió a cortar el micrófono dada la delicadeza de las conversaciones, según un funcionario de la UE, que negó que las conversaciones se alargaran debido a desacuerdos entre los líderes.

Al final, los líderes llegaron a tiempo a la cena. Solo von der Leyen, Costa y Fredriksen regresaron al lugar de la cumbre para informar a la prensa.

5. Todos los miembros del club quieren decidir quién puede entrar

La idea de Costa de acelerar la solicitud de adhesión de Ucrania a la UE no funcionó. Y eso no fue ninguna sorpresa.

Como POLITICO informó por primera vez el lunes, Costa sugirió cambiar las normas de la UE para que las negociaciones formales de adhesión pudieran comenzar con el respaldo de una mayoría cualificada de líderes, en lugar de requerir el consentimiento unánime. Eso fue inaceptable para el primer ministro húngaro, que es el líder de la UE más cercano al presidente ruso Vladimir Putin. Pero otros países, como Francia, los Países Bajos y Grecia, también se opusieron y dejaron que la propuesta se hundiera.

Durante la cumbre, Orbán fue uno de los pocos líderes que habló del plan. Y fue para rechazarlo.


Fuente: 5 things we learned from the EU’s summit in Copenhagen – POLITICO

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