Sánchez se desmarca de Alemania y Francia: decidido a reconocer a Palestina

España lidera un pequeño bloque en la UE para reconocer el Estado palestino y abraza la inversión en Defensa


España casi nunca ha sido un verso suelto en la UE, pero en los últimos años se ha empeñado en liderar asuntos de mucho calado para el bloque, tanto durante la pandemia como desde el punto de vista energético y ahora en el camino hacia el reconocimiento del Estado palestino. «Es una apuesta valiente, pero también arriesgada», reconocen algunas voces en Bruselas, entendiendo que Pedro Sánchez no camina sobre una tierra demasiado firme. Pero lo hace con determinación; y esa posición le hace desmarcarse al mismo tiempo de la Alemania de Olaf Scholz y de la Francia de Emmanuel Macron.

¿Por qué? Primero porque es quien lleva la voz cantante a la hora de reconocer al Estado palestino. Ha firmado un documento junto a Irlanda, Bélgica y Eslovaquia para hacerlo, e inicia un viaje por estos países para apuntalar una idea que todavía está blanda en el seno de la UE. Es competencia de los Estados miembros este reconocimiento, y Alemania, uno de los principales aliados históricos de Israel junto a Estados Unidos no está por la labor de hacerlo. Scholz reconoce que Netanyahu está cruzando muchas líneas rojas en Gaza, pero no va más allá de la presión para un alto el fuego, pedido por primera vez por los 27 en la última cumbre del Consejo Europeo.

Lo cierto es que la Unión defiende desde hace décadas la solución de los dos Estados, y España aboga por una Conferencia de Paz entre Israel y Palestina que camine hacia ese punto, pero no hay tanta unidad en el bloque comunitario como se quiere transmitir. Es lo que Timothy Garton Ash llama en su libro Europa, una historia personal el hamleteo de la UE: se empieza llenar de dudas cuando se trata de tomar decisiones importantes. Pero es también esa imagen de cohesión hacia fuera y ese mar de incógnitas por dentro lo que muchas veces da sentido a los debates entre los socios. España, en cambio, parece tener muy claro su lado. En total, 139 países de los 193 estados miembros de la ONU han reconocido Palestina como Estado.

Tampoco está Pedro Sánchez del todo al lado de Emmanuel Macron cuando se habla del peligro de la guerra para la UE. Francia elevó el tono hace algunas semanas, poniendo sobre la mesa la posibilidad de que los países europeos enviasen soldados a Ucrania; el presidente francés acabó matizando sus palabras, y apuntó a que se trataría solamente de misiones de entrenamiento, como las que ya se están dando. Pero en ese cuasi belicismo están también otros socios comunitarios como Estonia o Finlandia y París trata de liderar esa vertiente que insiste ya no solo en ayudar a Kiev -algo en lo que sigue habiendo un consenso muy importante- sino en hacer todo lo posible para que Rusia no gane la guerra.

Desde Moncloa el mensaje no es tan drástico. Un tono tan duro puede conllevar a una escalada del conflicto, y los países del sur no ven la guerra tan cerca, como aseguró el primer ministro polaco, Donald Tusk, que reconoció haberle dicho a Sánchez que en su zona de influencia «la guerra no es una abstracción», justo cuando el jefe del Ejecutivo pidió a sus colegas comunitarios que no usasen con tanta facilidad la palabra «guerra». El enfoque español, como el de otros Estados miembros como Portugal o Italia, va más hacia la reconversión industrial, que es también el mensaje que sale de la Comisión Europea. «Tenemos que ver cómo pasar del apoyo a Ucrania a una reconstrucción de nuestra propia industria de manera más estructural», reconocen las fuentes consultadas por 20minutos al respecto.

Sí se ha subido al carro España de la inversión común en Defensa, tal como defendió el presidente del Gobierno este mismo miércoles en el Congreso. Sánchez ve con buenos ojos, como Macron precisamente y otros, la emisión de deuda conjunta para destinar fondos a la industria militar, con una fórmula similar al fondo de recuperación o a la compra de vacunas contra el covid. Esa idea, de momento, sigue estando muy verde, pero el camino parece marcado y Moncloa reconoce que la industria europea de seguridad y defensa ha estado «desatendida durante demasiado tiempo» lo que ha provocado un déficit de inversión de 56.000 millones de euros.

La apuesta en este sentido debe darse, dijo Sánchez, «no para ser temidos, pero sí para ser respetados» frente a otros actores, también ante una posible vuelta de Donald Trump a la Casa Blanca, con los riesgos que eso tendría para el futuro de la OTAN. «Tenemos menos capacidades, sufrimos vulnerabilidades digitales que se exacerban como consecuencia del auge de la inteligencia artificial, serias carencias en industria de defensa, a pesar de que la economía europea es siete veces más grande que la economía rusa», resumió el socialista. Para él, una inversión fuerte en Defensa sirve para «proteger ese gran proyecto de paz, de democracia y de libertad que es Europa».

En un momento en el que los países Bálticos están liderando el debate militarista en la UE, España quiere su propio hueco, sobre todo cuando se habla de la situación de Palestina. Esa es ahora mismo la prioridad internacional de Sánchez y solo el medio plazo dirá si llega a buen puerto, sobre todo con las elecciones europeas del próximo 9 de junio tan cerca. Eso no es incompatible con una mayor inversión en Defensa. Son dos temas que tienen poco que ver pero coinciden en el tiempo. «Debemos continuar aumentando nuestra inversión, mejorar la coordinación de nuestras fuerzas armadas con los de los Estados miembros y apoyar las iniciativas de la Comisión Europea», concluyó el presidente del Gobierno.


Fuente: Sánchez se desmarca de Alemania y Francia: sin alarmismos sobre la guerra y decidido a reconocer a Palestina (20minutos.es)

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